Cada historia es un viaje que empieza en un lugar y llega a otro.
La siguiente historia, por más que quisiera ser el que la escribió y la vivió con su protagonista, no es mía, simplemente soy el portador.
Como muchos relatos, este comienza igual que los cuentos infantiles: Erase una vez, un joven llamado Dotan Negrín, que tenía «un sueño, el sueño de este joven que decidió cambiar su vida y emprender un viaje por América con su piano y su compañero canino Jack Russel-Chihuahua, Brando. Su pasión por la música y por compartirla lo llevó a salir de su casa para hacer realidad su sueño y forjar su propia historia: viajar, hacer música y conocer gente.
Inicialmente, Dotan se graduó de la universidad y comenzó a buscar oportunidades en el mundo de la actuación, pero poco después decidió crear su propia oportunidad, desarrollando un plan en el que su pasión se convertiría en su sustento de vida. Fue así que empezó a tomar clases de piano y a practicar diariamente, con la determinación de usar la música para crear un espectáculo propio.
Con la ayuda de su padre montó su piano en un carrito, lo rodó al centro de una de las principales ciudades del mundo y venciendo sus temores, comenzó a tocar primero frente a un pequeño restaurante en una las calles más frecuentadas de esa ciudad. Fue entonces cuando comprobó que esta era su vocación. Le motivaba la sensación de sentir la mirada de la gente, la admiración de las personas que lo rodeaban e interactuar con ellas, era algo que lo llenaba y que quería seguir haciendo.
Fue así como con poco dinero y un galón de gasolina, el joven de 26 años de edad decidió emprender su gran proyecto: “Viajar por América con un Piano”, llevando a cabo exitosamente un tour por toda América.
Dotan hasta ahora ha viajado más de 19,000 kilómetros, recorrido 53 ciudades y conocido miles de personas y culturas, y planea continuar viviendo Kilómetros de Historias».
Pero como cuenta la historia, él no está solo, está acompañado de su amigo Brando, pero además, su ejemplo ha inspirado a una empresa como Goodyear para lanzar la campaña «Kilómetros de Historias».
La intención d
e esta campaña es escuchar a la gente de América Latina, conocer sus historias y así como encontró la historia de Dotan, se busca identificar otros sueños hechos realidad.
Para conocer estas historias de América, Goodyear en colaboración con el History Channel, lanzó un concurso en el que se puede participar entrando a www.kmdehistorias.com.
Pero las historias de caminos, carreteras y travesías no están solo en la pantalla, están cerca de uno, al lado puede ser, y basta salir a la calle pararse en una esquina y ver lo que el mundo nos ofrece, las personas que podemos conocer y las culturas de las que podemos aprender.
Un ejemplo de esto es Luciano Guevara quien desde su blog «historias y caminos» narra las cosas que
ve y experimenta recorriendo senderos con su amigo Leo Magallanes. En una de estas historias cuando cómo conoció a Doña Prudencia y a un vecino que vive a «más de una hora» de su casa.
Resulta que «divisamos una camioneta con problemas mecánicos y nos dispusimos a preguntar si necesitaban algo. Ya hecho el diagnóstico mecánico, se determinó que la camioneta de allí no se podía mover, en lo que ofrecí llevar a Prudencia a su casa en el cuatriciclo y luego pasaría a buscar a mi compañero Leo que se quedó por sus grandes conocimientos de mecánica ligera. Partimos… 30 minutos después llegamos Prudencia y Yo a su rancho donde me confesó que a sus 88 años jamás se había subido a una moto. Tras agradecimientos nos invitó a que fuésemos a tomar unos mates, y así lo hicimos».
Un simple gesto de buena voluntad les permitió conocer la generosidad de Doña Prudencia, quien “atiende sus cabras, vacas y se prepara para recibir, en invierno, nevadas de más de un metro en el techo de su rancho. Sin embargo no quisiera irse nunca de la «Quebrada del Álamo» porque asegura que nada le falta».
¿Cuántos relatos simples podemos conocer en nuestra vida?, la grandeza de la humanidad no está en los logros más destacados, esos que pasan a los libros de historia, sino en los pequeños detalles, en el día a día que muchas veces no reconocemos, por eso es bueno detenerse y hacer como dice Fito Páez: «Me gusta estar a un lado del camino, fumando el humo mientras todo pasa, me gusta abrir los ojos y estar vivo», o esa es mi Visión Particular.
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