Pancita, enchiladas, flautas, pambazos, huaraches, tostadas, sopes y quesadillas pueden no decir nada a quienes no habitan en México, pero quienes conozcan estos nombres ya deben estar salivando, porque se trata de alimentos que forman parte de la gastronomía azteca.
Pueden ser antojitos pero son parte de la dieta diaria de los mexicanos junto a otros platos que pueden ser conocidos por sus colores verde, blanco y rojo, pero todos responden a un solo nombre: Pozole.
Es una especie de sopa que se hace a base de «granos de maíz de un tipo conocido comúnmente como cacahuazintle, a la que se le agrega, según la región, carne de pollo o de cerdo como ingrediente secundario; de esta preparación básica existen variaciones por
todo el territorio mexicano».
Existe el pozole blanco, que se prepara en la zona central de México, una la sopa de maíz y carne, servida en un plato grande y hondo, base a la que luego el comensal puede agregar una gran variedad de condimentos. El pozole rojo es típico de Sinaloa, Nayarit y Jalisco, y en su preparación se agrega salsa de chile guajillo, mientras que el verde es característico del estado de Guerrero y su color se debe a una salsa de tomate verde.
El pozole es considerado como una comida completa en un solo plato porque tiene proteínas (carne), carbohidratos (maíz) vitaminas y minerales (lechuga, rábanos, cebolla y limón). Además de bajar sus calorías por hervir sus ingredientes, la guarnición pueden ser tostadas horneadas, chicharrón vegetal o aguacate rebanado, que es una grasa de origen vegetal.
Y ¿por qué hago me extiendo tanto hablando del pozole?, la razón es que en ese conocer México y su gastronomía estuve en el Festival del Pozole y del Platillo Mexicano 2013 que se realizó en la en la explanada de la delegación Iztacalco en el DF.
Comer este platillo es un placer que se podía ver en las caras de quienes acudieron a este Festival, o que lo degustan a diario en cualquier fogón azteca, porque este alimento es parte de su dieta y realmente les da las energías necesarias, porque como mencioné antes tiene todos los ingredientes para ser una comida c
ompleta.
Entre los platillos típicos de la cocina mexicana también estaban los “pambazos” que son panes rellenos de papa casi puré mezclado con chorizo o longaniza, como cada quien lo conozca, y después se baña en salsa de chile. Es muy similar a las tortas ahogadas.
Se rellena también con crema, queso y lechuga. Los más osados pueden agregar salsa verde o roja con chile morita y tomate verde asado y cocido. Toda una experiencia, que se puede acompañar con jugos o refrescos.
Pero no solo se vive del pozole y del pambazo, también hay huaraches y sopes. El primero se reconoce por su forma alargada y su ingrediente principal que es el frijol, mientras que el segundo – el sope – consistente de una tortilla de maíz gruesa de maíz, originalmente frita con manteca, sobre la que se añaden diferentes ingredientes, como chicharrón o carne, además de queso, verduras y salsa picante, con variaciones regionales.
Y… ¿De postre que hay?
Si hay algo que gusta a los mexicanos, además de comer sus platillos típicos, es su variedad de postres, porque
tienen de donde escoger y repetirse varias veces si es necesario, porque tiempo para comer siempre hay.
Si queremos endulzarnos luego del pozole, los pambazos y los otros antojitos, nada mejor que comernos unos churros o unos buñuelos de canela. Pero si creemos que es mucha azúcar, hay otras preparaciones como los «raspados», o el eskimo volcán, con bastante crema batida, canela y chispas de chocolate, con Hershey´s.
Para paladares más tradicionales, uno puede degustar una crepe
dulce, o salada si aún le quedó espacio en la comida.
Uno puede estar horas hablando de la gastronomía mexicana y su extensa variedad,como las chalupas o las flautas, pero todo lo que uno pueda decir, o escribir se quedará corto, puesto que comer en México es algo que va más allá de simplemente alimentarse, es una experiencia compartida donde se conjugan los sentimientos y las relaciones, o esa es mi Visión Particular, y los invito a conocer y experimentar el placer de comer en México.
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