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Antojos Marabinos

Cuando voy a Maracaibo

Y empiezo a pasar el puente

Siento una emoción tan grande

Que se me nubla la mente

Siento un nudo en la garganta

Y el corazón se me salta

Y sin darme cuenta tiemblo

Sin querer estoy llorando

 Maracaibo 15

Relatan las historias de espías que al llegar a una ciudad, lo primero que se debe hacer es «empaparse» de las costumbres locales, porque si no ¿cómo hacemos para mezclarnos con los lugareños?

Nada une más a las personas que comer y – como decía un amigo de mi familia –  «donde vayas  haz lo que te digan y come lo que te sirvan», así que – donde uno se encuentre – lo mejor es buscar aquellos lugares donde come la población, no los lugares turísticos – donde también se puede comer bien – sino aquellos que – preferiblemente – no aparezcan en las guías turísticas.

En Maracaibo, ciudad con un clima caluroso, comer es toda una experiencia que se puede hacer solo o acompañado, claro con la ayuda de un lugareño puede ser una mejor manera, pero eso sí, en esta ciudad capital del estado Zulia, olvídese de las dietas y del querer comer ligero o light, porque aquí la grasa, el frito y las calorías están a la orden del día.

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De visita en esta ciudad conté con el apoyo de mi amigo y colega Edison Castro, quien gentilmente me hizo un recorrido por algunos lugares donde la gastronomía local es para «chuparse los dedos». El marabino, maracucho o como quieran decirle no solo come en abundancia, es también un excelente anfitrión y le gusta que los visitantes estén bien atendidos y se lleven unos kilos de más.

En Venezuela, uno de los principales platillos de todo el territorio es la arepa, incluso ya está considerada como el mejor desayuno en el mundo. Pero como en Maracaibo la arepa tiene su toque personal y la encontramos frita, con cualquier relleno que ustedes prefieran, aunque el más popular es el de pernil.

Hablando de arepas, uno no puede dejar de probar en Maracaibo la llamada «agüita e’ sapo» una  arepa frita, rellena de pernil y queso frito, pero que además está bañada con una salsa de la misma carne. Está bien, este no es un plato para gente que cuide su colesterol, pero deben probarlo por ser parte de de la gastronomía típica de esta región.


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Me cuentan que las mejores “arepas cabimeras” están en la calle del hambre al lado de la catedral. Son grandes, fritas y la pican en 4. Tienen jamón de pierna, huevo cocido, salsas, pollo, carne e iguana.  Hablando de picar en 4 está la hamburguesa que llaman «sombrero» y es una experiencia para  compartir, a menos que ustedes sean de mucho comer o sean protagonistas de algún programa de televisión donde se extralimiten a la hora de comer.


De entrada, uno no puede ir a Maracaibo y no comer el tradicional patacón, de no hacerlo realmente habrá perdido su viaje.  Los patacones son tostones de plátanos maduros o verdes – existen las dos opciones –   acompañados por carne o pollo, queso, lechuga y salsas. Existe la versión sencilla, acompañamiento sobre el plátano, y la más elaborada que consiste en dos plátanos con el relleno de nuestra elección, algo así como una hamburguesa. Los patacones siempre van salsas (de tomate, mayonesa y mostaza), eso aumenta el sabor de la experiencia al comerlos y es un buen ejercicio para la mandíbula, ya que hay que abrirla bien en cada bocado.

Para los gustos más exigentes está el patacón gratinado, elaborado a base de plátano maduro con queso amarillo, queso de mano, jamón ahumado, aguacate, salsa tártara, salsa de tomate, rebosado de crema blanca y se gratina con queso mozarella. Este patacón es la especialidad de «Que Pinchos», que está ubicado en la calle 72 entre avenidas 13 A y 14. El local tiene un estacionamiento algo retirado, pero descuide, ellos cuentan con un servicio de tranvía exclusivo que los lleva desde su auto al restaurante y luego lo regresan sin necesidad de caminar en exceso.

Si quieren hacer un patacón aquí la receta

INGREDIENTES:

Plátano verde

Carne mechada

Queso salado rayado

Salsa de ajo o Salsa tártara

Repollo rayado

Sal

PREPARACIÓN:

Preparar la carne (2 kilos) ya desmechada (falda preferiblemente ponerla a hervir con sal, cebolla y ajo hasta que este blanda y desmecharla o deshebrarla en finas tiritas) con tomate, cebolla, ají dulce, pimentón, perejil, un cubito, sal, pimienta y una pizca de comino.

 Aparte pelar los plátanos verdes (10) cortarlos a lo largo en 4 pedazos larguito y freírlos cuando estén doraditos sacarlos y ponerlos sobre una tabla o superficie plana aplastarlos y guardar mientras están los demás ingredientes.

 Para hacer la salsa tomar 250 grs de mayonesa, una cucharadita de mostaza, perejil, cilantro, 2 o 3 dientes de ajo (dependiendo q tanto le guste el ajo) aceite y una cucharadita de vinagre, se mete todo en la licuadora hasta q se mezcle bien y quede espesita.

 Se raya el repollo y el el queso salado.

 Se fríen las láminas de plátano hasta que queden crocantes

 Se arman los patacones: Una lámina de plátano, carne, salsa, queso, repollo y otra lámina de plátano.

 entro de la gastronomía de antojitos maracuchos o marabinos están los pastelitos, rellenos de carne molida,

queso, queso y papa y de pollo. Pero si estos sabores son muy tradicionales para ustedes, en esta ciudad tienen la posibilidad de comer pastelitos de pizza, que están rellenos con queso mozarella y salsa de pizza.

 Todos los venezolanos, y muchos extranjeros son apasionados de los tequeños, tapas o pasapalos que nunca faltan en una fiesta en el país y que representan parte del gentilicio nacional. En Maracaibo los mejores, o por lo menos de los mejores que probé están los que preparan en «Chops» una cadena con varios locales en la ciudad y vienen con salsa tártara.

Pero en Maracaibo existe una versión autóctona de este platillo y son los «yoyos», un trozo de queso blanco entre dos trozos de plátano, rebozados en harina y huevo que luego se fríen. También están los «tequeyoyos», que en principio la elaboración es similar a la de los tequeños, sólo que al queso le agregan plátano frito que se enrollan simultáneamente con el queso.

Otra opción gastronómica, algo más dulce, es la mandoca, que es se hace con harina de maíz amarillo, plátano, papelón y queso blanco rallado.


Con la masa hacen una especie de rollito que luego juntan por los extremos, dándole a la mandoca su forma particular y finalmente la fríen en aceite muy caliente. Se recomienda para el desayuno,  acompañada de queso blanco.

Siguiendo con la sección de dulces, en Maracaibo es tradicional comer «Huevos Chimbos», que son «masitas esponjosas hechas con amarillo de huevo batido cocinadas al vapor o en baño de María y después hervidas en un almíbar de agua y azúcar. Para cocinarlos en baño de María se utilizan pequeños moldes, tacitas de café o las mismas cáscaras de los huevos, en una olla o envase ancho y bajo, con un colchón de paja u hojas de jojotos en el fondo y con unos tres a cinco centímetros de altura de agua. Sobre la paja se ponen los moldecitos a usar y todo se cocina tapado. Puede usarse una olla con fondo perforado sobre otra olla de agua, para cocinarlos al vapor».

Aunque los «Huevos Chimbos» también se pueden conseguir en Brasil, Colombia, Perú, México, Chile o

Nicaragua, porque el «origen de este particular postre se remonta a los conventos coloniales, mucho antes de que América del Sur se independizara de la corona española», lo cierto es que en Venezuela cuando se les nombra todo el mundo los asocia con el estado Zulia.

Para su elaboración se ponen los amarillos de huevo en el recipiente de una batidora eléctrica y se baten a alta velocidad por 12 minutos hasta que formen una crema amarilla clara.

Con una brocha se untan los moldecitos con mantequilla. Se llenan hasta la mitad con huevo batido.

Se ponen a cocinar en baño de María, pero ya con el agua hirviendo. Se cocinan 10 minutos a fuego fuerte hasta que al introducirle una aguja, ésta salga seca. Se sacan los moldes con la ayuda de un cuchillo y se ponen aparte.

En una olla se prepara un almíbar poniendo a cocinar el agua con el azúcar. Se lleva a un hervor y se cocina a fuego fuerte por unos 15 a 17 minutos. Se pone a fuego mediano, se agregan los huevos chimbos y se cocina todo por 5 minutos más para que les penetre el almíbar. Al final se mezclan la esencia de vainilla y el coñac o el ron a una parte del almíbar y se devuelve la mezcla al envase que contiene los huevos chimbos. Se dejan enfriar y se meten en la nevera.


Todo lo que hemos comido debe ser acompañado de líquido, para bajar los alimentos, o simplemente porque el calor que hace en Maracaibo reclama que estemos hidratados.

En cada esquina es posible encontrar a un vendedor de «raspado» o «cepillado», palabra que popularizó la agrupación zuliana Guaco con el tema musical que le dedicó a esta actividad de refrescar a la población. También es posible conseguir en Maracaibo a vendedores de fruta fresca, que también ofrecen tisana, a precios accesibles y que bien caen a la hora de refrescarse.

Otra manera de hidratarse y hacer frente al calor zuliano, no el humano sino el del astro solar, es beber los granizados que son envasados en el momento de pedirlos y se les coloca un pitillo, para que su traslado no represente un peligro de manchar nuestra ropa.

Paremos de comer… un rato

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Y como no todo puede ser comida, si están en Maracaibo no dejen de pasear por el el tranvía en el Paseo de la Vereda del Lago, servicio que comienza a las 6:00 de la tarde. El recorrido los llevará por la iglesia de La Chinita, pasa por Santa Lucía y pueden visitar el Museo de la Gaita. Antes o después de pasear en el tranvía pueden caminar por el Paseo de la Vereda del Lago se pueden refrescar con alguna bebida, o comer churros,  mientras la brisa del lago les anima  a seguir la marcha. Además caminar es una manera de conocer la Vereda y les puede abrir el apetito para nuevamente degustar la gran variedad de platos que ofrece esta ciudad, o esa es mi Visión Particular.


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