Venezuela fue durante mucho tiempo y, tal vez aún lo sea, un gran importador de Whisky y un alto consumidor per cápita. Pero también los venezolanos beben ron – producido en el país y de gran aceptación internacional – sin olvidar a la cerveza, donde – al igual que en el resto de las bebidas alcohólicas – hay distinciones en la selección de la marca.
Lo anterior quiere decir, sin entrar en consideraciones morales sobre el beber y su excesivo consumo, que los venezolanos estamos acostumbrados a las llamadas «bebidas espirituosas» y sus combinaciones, con agua, soda, refresco, limón, jugo, y un largo etcétera que engrosa las más variadas mezclas dentro del gusto y paladar de los nacidos en la patria de Bolívar.
Por eso, hay productos que – si bien no son tradicionales dentro del paladar etílico nacional – buscan crear nuevos gustos y expandir el conocimiento en lo que respecta a las diferentes bebidas que existen en el mundo.
Un ejemplo de ello nos viene de México, de la mano de Casa
Dorta, que distribuirá para Venezuela el tequila El Jimador, producido por la Casa Herradura, y que fue lanzado el 24 de abril al mercado nacional en su versión Reposado, con un evento donde estuvieron medios de comunicación y principales clientes.
De acuerdo al material enviado por la Unidad Creativa de Comunicaciones, «El Jimador Reposado se presenta como un tequila increíblemente suave, que obtiene su color dorado y su sabor balanceado de agave cocido con toques de vainilla y caramelo gracias a su proceso de producción especial y su añejamiento durante dos meses en barricas de roble blanco».
El lanzamiento del El Jimador Reposado también sirvió para el relanzamiento de El Jimador Blanco «un tequila extraordinariamente cristalino y embotellado inmediatamente después de la destilación, con un sabor sutil a agave cocido y toques de dulzura cítrica que lo convierten en la opción ideal para preparar las mejores y exquisitas bebidas». Sobre la producción del los tequilas El Jimador estos se inician «en los campos donde crece la planta de agave azul tequilana Weber. El agave es una planta que tarda un promedio de 10 años en madurar para poder extraer sus azúcares. Después de la fermentación, el jugo se destila dos veces y se deja reposar en barricas de roble blanco por períodos de tiempo variable».
La diferencia entre el tequila Blanco y el Reposado es que de acuerdo a las autoridades mexicanas, el primero es «un producto cuyo contenido alcohólico comercial debe ajustarse con agua de dilución; mientras que el Reposado está sujeto a una maduración de por lo menos dos meses, en contacto directo con recipientes de roble o encino».
Y ¿qué es el Tequila?
Aunque conocemos algo de la creación de El Jimador, hay que resaltar el valor y el peso que tiene dentro de la cultura mexicana el tequila, y para ello nada mejor que estando en la capital azteca hacer un recorrido por el «Museo del Tequila y el Mezcal», ubicado en plena Plaza Garibaldi, centro de música, bebida y Mariachis.
Una vez comprada la entrada – para mayores de 18 años cuesta 50 pesos o unos 4 dólares e incluye una degustación de tequila y mezcal – se tiene la posibilidad de conocer todo el proceso de la elaboración de la bebida típica de los mexicanos.
Dentro del Museo y en pantallas táctiles se puede conocer la
historia del agave, su origen sus especies y sus derivados. Por ahora nos interesa saber únicamente que el agave es «El agave es una planta perenne de zonas áridas. Físicamente está formada por hojas delgadas, casi planas. Los elementos más importantes que la forman son fibras, azúcares, sales minerales y agua. Alrededor del corazón del agave se encuentran las pencas, que son los tallos de las hojas. En el centro de la piña se acumula el jugo natural, el cual tiene altos contenidos de fructuosa y otras propiedades vitamínicas, además de partículas grasas que le dan su distinguido sabor y olor».
Podemos pasear dentro del Museo por el proceso de selección y corte del maguey, sinónimo del agave. «La diferencia está en el uso que se le da a la planta. La sábila (o aloe) es aquella que se utiliza para fabricar aceites o jabones. El henequén (agave fourcroydes) es la que se usa para producir fibras. Del maguey se produce el pulque, bebida fermentada muy popular en México y de baja graduación alcohólica (maguey manso o agave atrovirens Kawr). El agave es la planta de cuyos jugos fermentados y luego destilados se obtiene el mezcal o el tequila».
También se puede leer y conocer más sobre el mezcal, su
denominación de origen y los lugares donde se produce. Por ejemplo «Según la región, llevan distintos nombres. En Sonora se llama bacanora (agave potatorum o yaquiana), en Yucatán se llama xtabentun, en Michoacán se lo llama charanda (se lo identifica por un trozo de caña en la botella), en Chihuahua se llama sotol, en Chiapas se llama comiteco, en la costa de Jalisco, las serranías de los Altos y el oeste de Michoacán se llama raicilla (de producción casi clandestina y muy fuerte), en Oaxaca se lo llama mezcal (agave espadín de oaxaca o agave angustifolia haw, arroqueño o agave americana L. variación del oaxacensis Gentry, tobasiche o agave karwinskii zucc, barril o agave rodacantha zucc, mexicano o agave rmacrocantha, maguey cincoañero o agave cantala roxb y el agave silvestre más apreciado por la calidad de mezcal que origina es el agave potatorum zucc o tobalá) y en Jalisco se llama tequila (agave tequilana Weber azul)»
Por otra parte, el «Tequila es un mezcal obtenido de una sola variedad, el “agave tequilana Weber azul” (nombre científico dado por el botánico alemán Franz Weber, quién estudió las variedades del agave y en 1902 / 1903 probó que esa variedad era la más abundante y la que mejores resultados daba) y se llama así por la región donde comenzó a producirse hace ya 400 años: Tequila, población de origen prehispánico que da nombre tanto al valle que la contiene como a un volcán que la domina,
en el Estado de Jalisco. La palabra “tequila” tiene varios significados que provienen del náhuatl. ”Lugar de trabajo” (de “téquitl”: trabajo y “tlan”: lugar) y “Lugar donde se corta” (del verbo “tequi”:cortar y “tlan”: lugar)»
En el recorrido también está el proceso de fermentación, destilación y almacenamiento en barricas de madera. Todo esto está explicado en varias láminas tanto en español como en inglés.
Vidrio que luce
Pero si la bebida es importante no lo es menos el envase donde se le almacena para ser distribuido y en el «Museo del Tequila» se puede deleitar la vista con una gran variedad de botellas, de todos tamaños, colores, formas, buscando dar un «look» especial a cada producto.
Tan importante es esta selección, que hay un apartado
dedicado a las botellas de «autor», tomando en cuenta, como dice la información dentro de esta zona que «en años recientes se ha promovido y difundido el consumo de gran diversidad de mezclas tradicionales. Su reconocimiento hace referencia a la gran diversidad de culturas que los elaboran y su papel en nuestro patrimonio. Actualmente existen distintos mezcales regionales que incluyen en el etiquetado información referente a la región, especies de maguey empleadas, el tipo de destilado, el número de destilaciones, la fecha de elaboración, los litros producidos por
horneado o por lote y, sobre todo, la autoría del maestro mezcalero, todo lo cual convierte estos destilados en productos únicos e irrepetibles».
Claro, como se podrán imaginar, estas botellas de «autor» alcanzan un precio alto – por su exclusividad – aunque se menciona que vale la pena pagarlo porque «se ve retribuido en la oportunidad de degustarlas, aproximándonos, sorbo a sorbo, a las culturas milenarias de México, los artistas responsables de cada botella, y el sabor peculiar de su elixir. Una botella de mezcal artesanal ofrece una experiencia sensorial sin paralelo».
Bebida y música van de la mano
Que el «Museo del Tequila» esté en la Plaza Garibaldi no debe
ser una coincidencia, porque el licor y la música ranchera se dan la mano, recordemos que en Venezuela el ron y el bolero están también ligados, y en el Museo se puede ver dentro de una gran cúpula de vidrio un «botellofono» elaborado con botellas de tequila y mezcal intervenidas con dibujos artesanales y una estructura de metal, donde, además, es posible escuchar una composición hecha por Arturo Marruenda, quien afinó las botellas y compuso el tema conjugando guitarrón de Mariachi, Violín Clarinete y percusión.
El tema se llama «Al Son del agave» y lo pueden escuchar en el siguiente video.
Y como la música es parte de la cultura mexicana, hay dentro del Museo una sección dedicada a los instrumentos típicos del Mariachi, junto a una explicación interactiva de cada uno de los instrumentos y algunas melodías que se han hecho famosas por ser acompañantes de serenatas, despechos y cuanto motivo existe para celebrar y beber tequila.
En este apartado de la música hay que hacer un paréntesis
para destacar algo que afecta a los venezolanos. En la selección musical – de hecho es la primera de las piezas que se puede escuchar – aparece como un son mexicano el tema «Alma Llanera» cuando esa composición es el segundo Himno nacional de Venezuela y su música es autoría de Pedro Elías Gutiérrez, basada en un texto de Rafael Bolívar. Este tema «nació como zarzuela y fue estrenada el 19 de septiembre de 1914, bajo el nombre “Alma Llanera: zarzuela en un acto” en el Teatro Caracas».
Sin embargo, no se puede negar la calidad de Pedro Infante y Libertad Lamarque interpretando este tema, vestido a lo venezolano en la película «Escuela de Música» de 1965.
Tequila + Música = Mariachi
No se puede hablar de la bebida típica mexicana, y de su música – con todo y error conceptual – sin hacer mención especial de un personaje que está ligado a los dos anteriores: El Mariachi.
En el «Museo del Tequila» hay toda una sección dedicada a esta figura, donde se habla de su origen, que podemos ver en paneles colgados en las paredes y que nos hablan de varias versiones sobre el nacimiento de esta palabra. Una de las versiones menciona que «en Jalisco, en el pueblo de Cocula, cuyos habitantes descendían de los Cocas nació el mariachi. Los misioneros españoles, en su evangelización,
empezaron a transformar en cantos a la Madre de Dios canciones antes dedicadas a las deidades paganas de los Cocas. En uno de los versos de la alabanza a la Virgen María del Río se lee, en la lengua de los Cocas, Maria ce son que significa la canción de María. Al pronunciar Maria ce parecería que decían Maria Shi o Maria She, que al pronunciarlo rápidamente suena como mariachi. Así, según este estudio, la palabra mariachi proviene en realidad de un canto religioso y no de la palabra francesa mariage, como otros investigadores afirman».
«Siglos más tarde, un grupo de mariachis, por invitación del Presidente Porfirio Díaz, solía presentarse en las fiestas de palacio. Desde luego que las canciones interpretadas ahí ya habían dejado de ser religiosas; eran canciones populares, es decir, profanas, propias para bailes y festejos populares. En esas fiestas, el mariachi, incluyendo a dos parejas de bailarines y acompañados de arpas y violines además de guitarras y guitarrones, eran la alegría de la fiesta. ¡Y algo importante! Se dice que era la primera vez en que el mariachi se vestía con el atuendo de charro, el mismo que hoy conocemos y que es característico en él».
Sea el origen que sea, lo cierto es que el Mariachi está ligado a toda la cultura mexicana y al cine de una época que tiene como rostros más emblemáticos a Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solís, junto a Vicente Fernández y a féminas como Lola Beltrán, Ana Bertha Lepe, entre otras.
Y una vez conocido más sobre el Tequila, el Mezcal, la Música y los Mariachis, el próximo paso en el Museo es subir a la terraza y disfrutar la degustación – chica por cierto – de un tequila y un mezcal para probar sus diferencias. Pero como dije, son muestras muy pequ
eñas, así que luego tienen una carta para seguir la fiesta. En mi caso fue con un «Diablo», que «tiene su origen en la década de 1.940, es uno de los primeros cocktails que se crearon con tequila», junto a un «Acapulco» que aunque parece ser que se elabora en vaso corto, en esta ocasión lo hicieron el uno alto. El «Acapulco» se recomienda en «época de calor y de vez en cuando se nos antoja un buen cóctel».
Luego de las primeras bebidas nada como ver la variada carta que tiene un mapa con las z
onas de México representando parte de su gastronomía y así, no solo comer algo, para evitar la «resaca» o cruda», sino que puede mezclar los sabores del alcohol con el conocimiento y los platos de la gastronomía que ofrece la cocina de este país. Arrachera (de Tamaulipas), Carne en su jugo (de Jalisco), Pechuga Poblana (de Puebla) o Cecina de Yecapixtla (de Morelos), entre otros otros platillos.
Si está en México no deje de visitar el «Museo del Tequila y el Mezcal», pero si no está aquí no importa, seguramente en el país desde donde lee esta reseña, habrá un lugar mexicano para que pueda disfrutar de sus platos, sus bebidas y su buena atención, porque eso sí tienen ellos, son atentos con los visitantes, o esa es mi Visión Particular.
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