El vino es una de esas bebidas que es mejor tomarla acompañado, porque implica no solo degustar el producto de la uva, sino compartir su olor, su aroma, su presencia.
Dicen algunos que aunque México es un gran consumidor de vino, su verdadera pasión es el tequila y por esono tienen una verdadera cultura sobre el consumo del destilado de la uva y de su correcta forma de disfrutarlo.
Aunque los mexicanos sean más conocidos como productores de Tequila, eso no los ha detenido para
elaborar vinos espumosos…y ¿dónde lo hacen? podrían preguntarse algunos, pues en San Juan del Río, en Ezequiel Montes, Querétaro, donde están ubicadas las cavas Freixenet.
Para conocer más de este tipo de vino – que no debe ser confundido con el champagne – nada mejor que ir la finca donde está la empresa y que ocupa una construcción hecha especialmente para Freixenet, cuyo diseño se basó en las antiguas haciendas mexicanas.
Por estar ubicada a unos 2,000 metros sobre el nivel del mar se logra una maduración de las uvas en unas condiciones extremas y peculiares (25 C en el día y 0 C por la noche), con lo que se consigue un vino espumoso que es el 80% de la producción total y el 20% restante son vinos de mesa.
Luego de salir del Distrito Federal y llegar a la Hacienda de Freixenet lo primero que uno puede observar es que la construcción tiene 2 edificios: Área de oficinas, atención de visit
antes, salones para eventos privados y área de producción, almacenamiento y cava subterránea a 25 metros de profundidad, además de las extensas tierras donde se siembra la uva.
Olvidemos la parte administrativa – realmente quién quiere ver números y manejo de personal cuando lo importante es el vino y su producción – y pasemos al área de producción donde los guías explican todo el proceso desde que llega la uva entera hasta que sale el vino para su almacenamiento.
Bajo el suelo para conocer más secretos
Luego de la explicación sobre la producción del vino, los asistentes bajan 25 metros para llegar a la cava de Freixenet, que dicen es la única en Querétaro ubicada a esa profundidad.
Al llegar al subsuelo, comienza el recorrido para conocer el proceso de almacenamiento de los vinos espumosos y vinos tranquilos. Los guías explican de manera cronológica todo el proceso del llenado de las botellas, y algunos detalles que hacen que el vino sea cristalino y no contenga grumos ni otros aditamentos que resten elegancia a las botellas, así como toda la operación que se hace para quitarle el sedimento a las botellas.
Y luego de todo el proceso… a degustar
Concluida la fase de conocimiento sobre la elaboración del vino espumante se pasa a un gran salón donde se obsequia a los visitantes una copa con espumante recién descorchado para que podamos catar el resultado de todo el proceso anterior. Claro es una cata y por eso la copa no está llena en su totalidad, para eso ahí mismo en el salón uno pue
de comprar todas las variedades de vino que quiera llevarse a su casa.
Para acompañar esta degustación, fuera del salón hay otro aporte de esta Finca: Paella, que si llegan a visitar la Hacienda no pueden dejar de probar porque no tiene nada que envidiar a las preparaciones que uno degusta en la propia España.
No toda la uva se bebe ni se come
Visitar la Hacienda donde se elabora el espumante de Freixenet también sirve para conocer otra posibilidad con la uva, que tiene que ver con los productos de belleza, porque la uva ayuda a preservar la juventud de la piel, especialmente «si se tiene en cuenta que su capacidad antirradical es tan o más potente que las de antioxidantes tan conocidos como la vitamina E o la vitamina C. Para aprovechar sus beneficios de prevención del envejecimiento, se incluyen en algunas líneas de hidratantes».
Entre los antioxidantes presentes en la uva y sus derivados destaca el resveratrol, activo que
forma parte de fórmulas cosméticas y nutrí-cosméticos pos su actividad anti-envejecimiento, aunque sigue en estudio ya que, de momento, los efectos en humanos necesitarían del uso de grandes cantidades de resveratrol.
La mayor parte de estas sustancias beneficiosas se encuentran en la piel de la uva. Sin embargo, también la pulpa es buena, contiene una alta cantidad de azúcares, ácidos y agua. La uva también es rica en vitaminas, especialmente B1 y B2, así como C y E.
Las pepitas, por su parte, contienen un aceite incoloro con una gran cantidad de ácidos grasos insaturados que son un antioxidante potentísimo y que es fácilmente absorbido por la piel, por lo que se utiliza también como portador de otros aceites esenciales. Una de sus aplicaciones es disminuir el colesterol, pero aplicado sobre el cuerpo en esta época, justo después del verano, es ideal para devolver a la piel seca toda el agua perdida.
Todas estas propiedades de las uvas para la belleza no han sido desaprovechadas en esta
Finca y se pueden conseguir los productos Vindaly, que como lo menciona su página web son «productos para el cuidado personal aprovechando las bondades que nos brindan nuestras uvas y viñedos» y están ubicados en Querétaro.
Esta iniciativa para la belleza ofrece: Aceite para masaje, Bálsamo After Shave, Crema Antioxidante, Exfoliante de Semilla de Uva, Crema Facial Antioxidante, Crema para Manos, Jabón de Lana Orgánica, Jabón Sólido Exfoliante, Jabón Líquido de Vino y Gel de Baño, entre otros que pueden servir para consentir cualquier tipo de piel.
La producción de vino no solo es una actividad que genera ingresos y desarrollo económico a la región donde se elabora, también es una oportunidad de dar a conocer las bondades turísticas de esta actividad y abre el mercado para nuevos productos, destinados a la belleza, y no hay nada mejor que beber y verse bien, gracias al elixir de los dioses – o del dios Baco – que es el vino, o esa es mi Visión Particular.
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