Había una vez un gatito que vivía con su mamá gata y tres hermanitos. El gatito se llamaba Mauro y era muy desobediente.
Un día se fueron a pasear al campo y la mamá gata les dijo que no se separarán. Pero Mauro no obedeció y se separó de sus hermanos. De pronto se encontró solo en el campo y se acercaba la noche.
Mamá gata estaba muy preocupada y comenzó a buscarlo. El pobre Mauro estaba muy asustado y comenzó a llorar. Si yo hubiera obedecido a mamá no estaría perdido.
De pronto Mauro escuchó unos pasos y se alegró pensando que era mamá gata, cuando de pronto estaba parado frente a él un enorme perro. Mauro estaba muy asustado. El perro quería morder a Mauro y cuando estaba a punto de hacerlo llegó mamá gata.
El perro vio a mamá gata muy enojada y tuvo miedo, porque sabía que ella haría cualquier cosa por defender a su gatito. En ese momento el perro se fue muy asustado y Mauro se sentía feliz de ver a su mamá gata. Desde ese día Mauro fue un gatito muy obediente.
Texto: Coralis Y. Colón, 7 años.
Fotos: Francisco Lizarazo
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