Las descubrí viviendo aquí en España. Obviamente en mi país, al no haber estaciones definidas, no existe una época de brote y recolección de setas, por lo que no forma parte de nuestra alimentación diaria. El caso es que empecé a conocerlas hace algún tiempo (sobre todo al relacionarme con un cocinero), pero cada año, cuando empieza el otoño principalmente, voy descubriendo nuevos matices de estos interesantes seres vivos que tienen incluso un universo propio dentro de la naturaleza, el reino fungi.
El exquisito sabor y la delicada textura del Boletus edulis, la expresividad de los níscalos, el impresionante olor de la trufa blanca… Sobre setas se escribe mucho y aún falta más por descubrir puesto que es un mundo extenso y riquísimo, y no es mi intención hacer un artículo periodístico aquí sobre setas porque no soy micóloga, solo una aficionada apabullada por lo que estoy conociendo de estos organismos en cuanto a sabores, texturas y olores, pero también sorprendida por todas las particularidades y anécdotas que tienen. De eso va este post…
Resulta que las setas dan para hablar un rato de ellas solo por sus curiosidades. Con una seta venenosa por ejemplo, la Amanita phalloides (oronja verde u oronja mortal), la esposa del emperador romano Claudio lo envió al otro barrio dándole una buena cantidad para comer con el objetivo de que su hijo, concebido de su anterior matrimonio, heredara el imperio. Esta es una de las anécdotas más célebres de aquella época, aunque en tiempos romanos la versión amable de esta seta (la no venenosa) la Amanita caesarea, era de consumo exclusivo de los césares, de allí otro de sus nombres, Amanita de los césares, comerla si no eras parte del clan estaba penado con la muerte.
Pero es que a lo largo de la historia las setas se han empleado con diferentes fines. Está comprobado que en Centroamérica y Norteamérica, en las regiones que hoy conforman México y Guatemala, las poblaciones nativas precolombinas como los aztecas utilizaban variedades alucinógenas para sus rituales, sacrificios y ofrendas desde el siglo X a.c., y actualmente algunos de sus descendientes las siguen empleando como medio de acceso al mundo espiritual; igual sucedía en Siberia, donde los chamanes de algunas tribus consumían estos hongos para acceder a estados místicos, además de que, al no existir el alcohol, lo utilizaban como intoxicante.
Pero no todo es envenenamientos y alucinaciones. En materia de salud el asunto se pone mejor. Gracias a un hongo del género Penicillium, el científico escocés Alexander Fleming descubrió la penicilina en 1928, que cambió la historia de la medicina moderna en el tratamiento de enfermedades por medio de antibióticos que se consideraban incurables. Por otra parte, la seta Lentinus edodes -la oriental shiitake- tiene propiedades anticancerígenas al mejorar el sistema inmunológico, además de que es un reductor natural del colesterol y se está empleando en investigaciones contra el sida, entre otras propiedades. La seta de San Jorge o perretxico -Calocybe gambosa- contribuye a bajar los niveles de azúcar en la sangre, y por eso es efectiva para la diabetes. Para finalizar este punto, la variedad Polyporus umbellatus tiene funciones drenantes, razón por la que es buena para la retención de líquidos y tiene efectos antitumorales. No me extiendo más en este aspecto porque alargaría demasiado este post, pero existen muchos más usos médicos. Interesante ¿no?
Para aclarar algo: las setas son el órgano reproductor del hongo. De allí que haya que recolectarlas con una cesta de mimbre a fin de que caigan las esporas al suelo, que son como las semillas en las plantas, y vuelvan a nacer; y mejor si las colocamos con el sombrero hacia abajo.
Por cierto, el organismo más extenso del mundo es un hongo, está ubicado en el Parque Nacional Blue Mountain de Oregon, en Estados Unidos. Su nombre es hongo de la miel o Armillaria ostoyae, abarca una superficie de 890 hectáreas y tiene una antigüedad de 2800 años. Su presencia está en el subsuelo, por lo que las setas que pueden encontrarse en el terreno son con sombreros dorados de un tamaño modesto:
Una corta historia: ¿os acordáis de los corros de brujas? el nombre surgió en la Edad Media, se refería a las reuniones que celebraban las brujas para realizar sus aquelarres en los bosques. Bien, pues este nombre se relaciona directamente con la forma que tienen algunos hongos de reproducirse formando círculos que se distinguen por una vegetación de un verde más intenso que el el del resto del bosque y rematado en sus bordes por setas como el perretxico o la senderuela.
Existía la creencia de que las brujas se reunían precisamente en estos círculos y que al danzar en ellos se producía una especie de locura. También se decía que estos corros de setas constituían puertas a mundos paralelos, reinos de hadas, duendes o brujas, leyendas que tienen una gran presencia en la mitología europea… ¿Os acordáis de haber visto cuando erais niños algún dibujo de un duende sentado sobre el sombrero de una seta?
Por último, un dato curioso y muy relevante, las setas desempeñan un papel básico en los ciclos naturales de los bosques puesto que reciclan los desechos orgánicos y mantienen relaciones simbióticas con algunas plantas… Por eso es tan importante que las recolectemos con respeto y no coger por coger para luego tirar.
Para concluir os dejo un vídeo superinteresante de un prestigioso micólogo estadounidense, Paul Stamets, en el que habla de varias maneras en que los micelios de los hongos pueden salvar el mundo, dura 17 minutos, pero de verdad que está muy bien.
Laura Elena Vivas Redactora freelance http://lagastroredactora.com/ http://about.me/lauravivas
Comments