Había una vez un gatito muy valiente llamado Pancho. Él hacia travesuras, no le gustaba obedecer, ni ayudar a su mamá; lo que si le gustaba era salir a jugar entre los arboles pequeños y flores del jardín, y mamá lo veía desde el ventanal.
Un día, discretamente el gatito subió al ventanal, desde ahí pudo observar todas las casas de aquel lugar, en especial un patio donde había un gran árbol. Él pensaba que tendría que escapar para ir a ese lugar; y sin medir las consecuencias, de forma atrevida y audaz se fue.
De repente se le erizó la piel con un ladrido que oyó y sin pensarlo subió al árbol de aquel lugar.
Su corazón hacia tic tac tic tac, su patita quedó atorada en la rama del árbol, al verse tan lastimado le maullaba a su mamá. La mamá al oír a su hijito lo fue a buscar. Su mamá preocupada encontró ese lugar, entrando rápidamente y con mucha precaución desenredó a Panchito. Él lloraba y lloraba, se agarraba fuerte de mamá, llorando prometía no abandonarla.
Desde ese día Panchito es tierno y obediente con mamá.
Texto: La Ranita Josefina Perez
Fotos: Francisco Lizarazo
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