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Fascinación por los gatos


Los gatos han sido considerados, desde hace miles de años, como animales misteriosos, mágicos y a su alrededor han surgido supersticiones tanto positivas como negativas. Sin embargo, ¿qué hay de cierto sobre todo lo que se habla del gato?

Para poder dar una respuesta a esta pregunta, es necesario remontarnos en el tiempo. Los egipcios fueron, tal vez, los primeros en ver en el gato su caudal mágico.   Los antiguos habitantes del Nilo veneraban a este animal a tal punto que la diosa Bastet, símbolo de belleza y fecundidad, era representada por un gato.

Los egipcios, además, inoculaban a los felinos algunas gotas de su sangre para protegerlos de las enfermedades y los malos espíritus e incluso estaba prohibido matar a un gato so pena capital.

En este sentido, Diodoro de Sicilia, historiador del siglo I antes de Cristo, aseguró haber visto en Egipto asesinar a una persona por haber dado muerte a un gato. En aquella civilización, si un gato moría, la familia vestía luto y todos se rapaban las cejas a navaja y embalsamaban al felino envolviéndolo en finos lienzos; se le metía en un sarcófago de madera noble o bronce. Si se declaraba un incendio, lo primero que se salvaba era al gato, según cuenta Horodoto, historiador griego del siglo V antes de Cristo.

En la cultura de la antigua Roma, los gatos, igualmente, tenían un sitial privilegiado bajo la tutela de Diana. Según la leyenda, esta diosa asumió en varias ocasiones la forma de un gato; de allí que se le consideró como sagrado. En la cultura nórdica o Vikinga los gatos se relacionaban a Freyja,la Diosa esposa de Odin y eran apreciados como animales mágicos y muy positivos.

En la China, el filósofo Confucio protegía a este animal y tenía uno en su compañía y, por su lado, Mahoma

predicaba sosteniendo a un gato en sus brazos. En el antiguo Japón, estos animales habitaban las pagodas para proteger los manuscritos de la voracidad de los ratones lo cual se consideraba como positivo. En todo aquel tiempo, el hecho de que se cruzara un gato en el camino de una persona reportaba buena suerte.

Sin embargo, a partir de la Edad Media, la connotación de los gatos cambia. En ese momento, empieza a vincularse con las brujas, la oscuridad y con lo negativo llegando, incluso, a asegurarse que las brujas se transformaban en enormes gatos negros para merodear por el poblado. Esta creencia estuvo fuertemente arraigada en la colonia inglesa de América del Norte. En este sentido, las brujas de Salem fueron puestas ante el juez acusadas de adquirir la forma de gatos negros para acudir a sus aquelarres.

Los gatos en la actualidad


En la actualidad, se está cambiando esta creencia negativa sobre los gatos. Ahora se considera capaz de brindar protección a su dueño incluso de peligros paranormales, detectando presencias incorpóreas y revelando el carácter negativo de un lugar, persona o cosa: allí donde el gato se siente incómodo, o de donde huye, no debe permanecer el hombre.

Igualmente, es importante estar atento a sus gestos:

– Si se lava la cara, anuncia visita importante

– Si juega, corre o salta habrá viento y lluvia e invariablemente cambiará el tiempo a peor.

– Si estornuda, se interpreta como buen augurio si no lo hace tres veces seguidas.

– Si un gato pretende asir o coger una cosa, advierte de traición próxima.

– Cuando se regala un gato, antes de llevarlo a su nueva casa conviene untarle los pies con aceite, de lo contrario regresará al antiguo domicilio.

Existen muchas supersticiones relacionadas con los gatos. A continuación, se describen algunas de ellas:

Es de buena suerte

– Ver un gato de tres colores para los indonesios.

– Tocar tres veces el lomo de un gato negro con los tres dedos centrales de la mano derecha se considera de buena suerte.

– Contar los gatos en el trayecto de un camino. Si suman siete, se tendrá un día venturoso y afortunado.

Es de suerte adversa:

– Ver gatos negros (especialmente si cruza el camino), blancos o los nacidos en mayo.

– Tener gatos cerca de los bebés en casa,

– Dejar caminar un gato por un escenario

– Soñar con ellos especialmente en Navidad, ya que puede pronosticar una enfermedad grave.

– Dejar que un gato suba a la cama de un enfermo.

– Ver dos gatos negros maullando dentro en una casa donde uno de sus integrantes esté embarcado.

Fotos: Francisco Lizarazo

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