A un gato que no volvió
Ya no te veré más Llegó hasta el universo,
durmiendo a gracia suelta: ira y amor a una,
no volviste jamás el eco en el reverso
de tu amorosa vuelta. siniestro de la luna.
Con una gata blanca, Y un encolerizado
mira qué mala suerte: te enmudeció en el frío:
la gata era la blanca no más a nuestro lado
de la Señora Muerte. duermes, amigo mío.
La leche está servida, Tu cuerpo es hoy la sombra,
estálisto el pescado; las nubes son tus manchas,
tu silla preferida y sólo ahora te nombra
en vano te ha esperado. el silencio a sus anchas.
Tu paso era ligero, La leche está servida,
tus modales corteses, está listo el pescado;
y fuiste tan sincero tu silla preferida
que me ignoraste a veces. ya se ha desesperado.
Me hablabas tú muy suave,
yo nunca te entendía;
mas fue una falta grave
tu enorme melodía.
A un gato mientras se baña
Lámete bien la garra oculta en seda
y oreja tras oreja limpia y pule;
tu vanidad con el orgullo emule
por ver qué flanco más lustroso queda.
Verdad grande será que nunca pueda
llamarte amigo; no hay quien disimule
mejor que tú su ser, ni ser simule
tan familiar que todo asombro ceda.
Mas no es tan natural ue seas tú mismo
ni que pueda yo verte y conocerte
perfecto ahí como si en un segundo.
Por más que disimules, un abismo
serás como también el yo saberte
conmigo aquí en lo que llamamos mundo.
Vida de gato
Desde la seda negra
de la mancha,
hasta la punta negra
de sus ansias,
la vida se le ajusta
como un guante
-como le ocurre al nombre
con la imagen.
(No se equivoca nunca,
siempre vuelve
a ser lo que es ya sueño)
– ¡de tan leve!
El gato de mi casa
Bendito el gato de mi casa
porque no hay otro Paraíso para él
ni más Eternidad
que el sitio al sol donde ahora duerme.
De modo que mi casa a salvo está
mientras él sueñe.
Poemas de Eliseo Diego
Fotos de Francisco Lizarazo
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