Los gatos negros pueden traer mala suerte, pero para ellos mismos y no a las personas. Un nuevo estudio sugiere que los felinos de color negro son estereotipados como más distantes que sus pares de color naranja, un prejuicio que podría ayudar a explicar por qué los gatos negros tardan más en ser adoptados que otros gatitos de color.
Los resultados, publicados en la revista Anthrozoos, sugieren que los prejuicios contra los gatos negros van más allá de la superstición:
“La investigación previa apoya la existencia del síndrome del gato negro, quienes tienen menos probabilidades de ser adoptados que los gatos de otros colores”, dijo Mikel Delgado, investigador de la Universidad de California en Berkeley.
Los gatos negros a menudo languidecen en refugios, y un estudio de 2002 encontró que los gatos de color negro son más propensos a ser sacrificados que otros gatos. Los investigadores sospecharon que los posibles adoptantes estaban reaccionando ante la superstición de que los gatos negros traen mala suerte. Sabemos que desde la época medieval, los gatos han sido acusados injustamente como criaturas sobrenaturales que ayudaban a las brujas.
Pero este prejuicio contra los gatos negros puede ir más allá de la superstición. Para comprobarlo, Mikel Delgado realizó un estudio entre muchos amantes de los gatos y les pidió que evaluaran a sus gatos. Todas las personas que participaron de este estudio dijeron que la personalidad del animal era el factor más importante en la elección del gato.
Los gatos negros fueron vistos como más antisociales que otros tipos de gatos. En general, los gatos anaranjados fueron percibidos como los más amables, mientras que los gatos negros, en general, se mostraban más distantes.
Los hallazgos sugieren que los voluntarios de los refugios de animales suelen tener más dificultades a la hora de convencer a la gente a que adopte gatos negros.
En gatos domésticos creemos que el color de un gato nada tiene que ver con su personalidad, y que aún hoy, varios siglos después, la gente sigue influenciada por las viejas y ridículas supersticiones de la época medieval. Al ser humano le cuesta muchísimo desprenderse de ciertas supersticiones, ya que son transmitidas de generación en generación, y en la mayoría de los casos, la persona ni siquiera se da cuenta de por qué piensa de determinada manera.
Texto: gatos domésticos
Fotos: Francisco Lizarazo
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