Medios, periodismo, universidades, América Latina. En esta oportunidad, el equipo de Distintas Latitudes investigó cuáles son los medios periodísticos de la región que, desde su formación, cuentan con el respaldo y patrocinio de universidades y centros de estudio. ¿Cómo surgieron estos medios? ¿Cuál es la relación con la universidad que los respalda? ¿A quién le habla el medio? ¿Participa la comunidad universitaria en estos proyectos periodísticos?
Aquí presentamos un panorama de cinco medios que, si bien son apoyados o respaldados por universidades, van más allá de ser un “medio universitario”. En breves capítulos y fichas de información, explicamos su origen, los vínculos con sus universidades, el tipo de periodismo que desarrollan, cómo se componen sus equipos y lo que opinan sus lectores.
Los medios analizados son:
Plaza Pública – Guatemala – Universidad Rafael Landívar
Semanario Universidad – Costa Rica – Universidad de Costa Rica
070 / Cerosetenta – Colombia – Universidad de los Andes
Puroperiodismo – Chile – Universidad Alberto Hurtado
Revista Anfibia – Argentina- Universidad Nacional de San Martín
Plaza Pública: el medio guatemalteco que apuesta por la investigación y la formación periodística
Era la época en la que la universidad jesuita que lleva el nombre del poeta guatemalteco Rafael Landívar estaba por celebrar su quincuagésimo aniversario de fundación, cuando convocó a un grupo de periodistas liderados entonces por Martín Rodríguez Pellecer para crear un medio digital. La idea: aportar a la construcción y defensa de una democracia sólida.
Así, en enero de 2011, iniciaron las reuniones diarias en una pequeña oficina de la universidad privada. En aquellos días del romanticismo, entre fervor, ingenuidad, ideas y diseños de la línea editorial, el equipo sólo tenía claro el nombre del medio que iban a lanzar: Plaza Pública.
“Debía ser, como Habermas había dicho: una plaza pública en la que los ciudadanos discuten, argumentan y comparten ideas y perplejidades”, dijo Enrique Naveda, actual coordinador general de Plaza Pública, en una entrevista con Clases de periodismo.
Poco tardaron en concretar. Para el 22 de febrero de 2011, Plaza Pública tuvo su primera publicación. Su idea genesis, planteada desde su primer editorial, los ha consolidado desde entonces como un medio digital de análisis, investigación y debates, que reivindica los derechos humanos, y presenta textos profundos con narrativas cada vez más transmedia.
“Ahora los objetivos se van volviendo cada vez más ambiciosos, y los (trabajos periodísticos) que nos hacían sentir satisfacción al principio, hoy no resultarían destacables en nuestra cobertura habitual. Había publicaciones sobre conflictos de tierras, un perfil del secretario privado de la presidencia, cuando nadie lo señalaba y era intocable (hoy está preso). Fuimos el medio más joven y pequeño en obtener los Wikileaks… Antes se hacían pequeñas investigaciones en 3 o 4 días, ahora ya no hacemos esas y nos enfocamos en investigaciones mayores que nos llevan semanas, meses e incluso años”, narra Naveda en entrevista con Distintas Latitudes.
La línea editorial de Plaza Pública no necesariamente representa la visión de la universidad que los apoya financieramente —dos terceras partes del presupuesto provienen de la Universidad Rafael Landívar; también reciben una subvención de Open Society Foundations y de Hivos—. El equipo del medio ha negociado con la institución los niveles de independencia y autonomía.
Otra relación que mantiene Plaza Pública con la Rafael Landívar es a través de un programa de formación de estudiantes. “Un curso académico en el que formamos alumnos en el método Plaza Pública: técnicas y contenido, con cinco áreas de especialización y normalmente son cinco alumnos”, dijo Naveda a Distintas Latitudes y adelantó que están por lanzar el Programa de Formación Dual para Periodistas Departamentales, de las provincias del país: “Ahí habrá un editor para trabajar con dos o tres reporteros para formarlos, además de que contarán con un salario como periodistas de Plaza Pública. La idea es romper la brecha de las dificultades estructurales que hay para los periodistas que no están asentados en la capital”. Aunque estos periodistas estarán de tiempo completo y producirán contenido, el centro es su formación.
En su origen, Plaza Pública inició con siete integrantes. Ahora, el equipo se conforma de 17 personas: 10 reporteros o editores de investigación; 1 fotoperiodista; 1 editor de audiencias; 1 editor de innovación; 1 desarrollador web; 1 ingeniero de news apps; 1 coordinador general y 1 persona de apoyo administrativo.
Plaza Pública, parteaguas para el periodismo guatemalteco, en palabras de un lector
No me puedo dar el lujo de no seguirlos. Se esfuerzan por curar bien sus temas, porque fue el primer medio cien por ciento digital en Guatemala y tenían un enfoque muy específico de periodismo de investigación, con un alto espectro de independencia editorial, lo cual refrescaba muchísimo la atmósfera mediática del país. Tienen mucha creatividad en sus temas, sobre todo en temas de género, que creo que es el único medio que los aborda con tanta profundidad. Otro aporte importante es la formación que en su momento dieron a periodistas de otros medios de comunicación.Gerson Ortiz
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Puroperiodismo, de estudiantes chilenos para periodistas de América Latina
Con la intención de tener a profesores y estudiantes de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado de Chile trabajando juntos, en el año 2008 se fundó Puroperiodismo. Un año después el medio digital definió su línea editorial como un medio sobre medios, con enfoque en América Latina, más allá de Chile. Su editor, Patricio Contreras, contó a Distintas Latitudes que buscan “reflexionar, dialogar y visibilizar el periodismo de calidad en Latinoamérica, es el objetivo que nos mueve actualmente”.
La Escuela de Periodismo de la universidad es el espacio físico de la redacción de Puroperiodismo. Ahí estudian los 27 alumnos que actualmente conforman el equipo de reporteros del medio, quienes cursan de segundo a quinto año de la carrera y se integran a la publicación como parte de las actividades formativas del programa de periodismo universitario. El equipo también está conformado por un editor, dos columnistas, un periodista que realiza entrevistas. Si bien tienen su sede en la universidad, en realidad la dinámica de trabajo de la redacción es virtual, principalmente a través de la plataforma Slack. Los estudiantes trabajan en cinco equipos, cada uno con actividades específicas y también se encargan de administrar el boletín del medio. Patricio Contreras considera que la voz de los estudiantes debe estar sí o sí en Puroperiodismo, “no tenía sentido que no hubiera estudiantes, es una necesidad”.
Los fondos del medio provienen de la Alberto Hurtado. El monto es asignado por la Escuela de Periodismo y lo deben repartir en diez meses de operación, de marzo a diciembre. Este año recibieron $2,500 dólares, los cuales se destinan a la paga de los colaboradores externos y a mantener su sitio web. Patricio Contreras dijo estar en busca de maneras de retribuir el trabajo de los 27 estudiantes que escriben en Puroperiodismo, quienes actualmente no reciben un sueldo.
Los temas que aborda Puroperiodismo son la industria de los medios de comunicación, libertad de expresión y acceso a la información. También buscan la promoción de los estándares de calidad en el periodismo. La audiencia a la que quieren llegar son periodistas, académicos, editores, y directores de medios.
Pero el principal interés de Puroperiodismo, de acuerdo con Patricio Contreras, es “tratar de abrir la cabeza, que nos explote la cabeza, especialmente a través de las entrevistas que nosotros hacemos […] con personajes que nos interesan, que nos llaman la atención, periodistas muy inteligentes que vale la pena escuchar, […] que inicien nuevas conversaciones y nos muevan a otros territorios que aún no hemos explorado”. Un ejemplo es la entrevista que le realizaron a Chani Guyot, el periodista fundador de RED/ACCIÓN, un nuevo medio de Argentina.
La importancia de las entrevistas en Puroperiodismo, en palabras de un lector
Su contenido me parece bueno, es bien variado. Incluye hechos de actualidad, entrevistas, columnas de opinión. Y al ser una revista de una escuela de periodismo, el enfoque es más periodístico que un medio tradicional sujeto a interés. Un contenido que me gustó fue la entrevista escrita por Roberto Herrscher, profesor de la Universidad Alberto Hurtado y también escritor, “Entrevista a ocho voces con Leila Guerriero: Parece haber en mí una voluntad de contar historias periféricas”.Juan Duque Castro @JDuquecas
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Semanario Universidad: medio universitario veterano que marca pauta en Costa Rica
Semanario Universidad se fundó en septiembre de 1970, y es parte del sistema de medios de comunicación de la Universidad de Costa Rica, la universidad pública más grande del país y la mejor ranqueada de Centroamérica y el Caribe. Desde 1995, el medio cuenta con una versión digital.
Este es un medio, a grandes rasgos, generalista, pero enfocado en áreas como el acontecer político, social y electoral del país. También cubre temas culturales, internacionales y universitarios. Su director, Ernesto Rivera, explicó a Distintas Latitudes que tienen un combinado de dos formatos: diario y semanario.
El diario, en su edición digital, más enfocado a noticias de última hora, y el semanario, impreso, a reportajes y notas de profundidad. Desde hace meses están incursionando en entrevistas a profundidad en video y Facebook Live. Cuentan también con una editora de periodismo de investigación. Como ejemplo de sus trabajos investigativos, fueron uno de los medios que participaron en los Panama Papers. El medio tiene un corte progresista, en comparación con otros medios costarricenses.
Sobre la audiencia del semanario, Rivera señaló que el monitoreo de que realizan, así como los informes y métricas de redes sociales, indican que sú público es mayoritariamente de clase media y alta, educados (universitarios y personas con posgrados) y urbanos.
“Tradicionalmente se trataba de personas de entre 35 y 70 años pero esa tendencia se ha revertido y hoy somos fuertes en público adulto joven. Desde el punto de vista de sus intereses, se trata de personas que buscan información de calidad”, dijo Rivera.
El equipo periodístico está compuesto por cerca de 18 periodistas (las contrataciones varían, pues algunas son por jornadas parciales o periodos finitos), de los cuales 12 están a tiempo completo. El medio también incorpora a estudiantes mediante la figura de “horas-estudiante”, un sistema de becas de la universidad en la cual los alumnos realizan labores en programas universitarios con un pequeño pago.
Para 2018, el presupuesto de Semanario Universidad es de aproximadamente $1,06 millones de dólares (USD). Esto corresponde a ingresos girados como parte del presupuesto ordinario de la Universidad de Costa Rica, según se desprende del informe presupuestario completo de dicho ente educativo.
Semanario Universidad: un medio necesario, en palabras de un lector
Es un medio que va más allá de simplemente informar en términos muy generales o enfocarse en temas de sucesos desde un punto de vista amarillista, como lo hacen otros medios de comunicación. Precisamente por esto lo sigo: por la calidad de la información y el enfoque con que el trabajan.Janekeith Durán @JanekeithDB
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Cerosetenta, la revista que quiere mirar a Colombia a la cara
Alejandro Gómez Dugand tiene una certeza: “[…] Hay jóvenes que realmente quieren hacer periodismo que mire a la cara al país”. La convicción está sostenida en lo que ha visto como editor, primero, y luego como director de la revista digital 070 / Cerosetenta.
La historia de este medio inició en 2011, cuando el Centro de Estudios en Periodismo (CEPER) de la Universidad de los Andes, en Bogotá, creó Cerosetenta. La revista “nace para ser un lugar para publicar historias de estudiantes de periodismo”, dice Gómez Dugand en entrevista con Distintas Latitudes.
La necesidad de renovarse apareció pronto en el desarrollo de este medio que no cubre la agenda universitaria pero apuesta por abordar temas de la agenda nacional colombiana y que trabaja con la academia —Cerosetenta sigue el modelo de la revista argentina Anfibia que vincula a especialistas de distintos ámbitos y a periodistas y estudiantes de periodismo—.
Cerosetenta —cuyo nombre retoma la nomenclatura con la que se identifica a los libros de periodismo en la biblioteca— pondera una agenda propia, trabaja a partir del periodismo narrativo, el análisis y explora lenguaje audiovisual: “No vamos a hacer nada que no podamos hacer mejor que los demás […] Nosotros no teníamos que hacer noticias, teníamos que explicar con un ángulo”, explica Gómez Dugand.
Pero, ¿qué pasa con la relación entre la Universidad de los Andes y Cerosetenta? Si bien la universidad financia dos sueldos [del director y editor], facilita instalaciones y equipo de oficina, Cerosetenta ha tenido que explorar otras vías para financiarse y tener un equipo base.
Uno de los proyectos para obtener recursos fue la creación de la Agencia de periodismo con la cual hacían trabajos de comunicación y divulgación científica y académica para otras áreas de la universidad. “El pago era que becaran a un estudiante de la maestría en periodismo [este estudiante podía así trabajar en la revista]”, detalla Gómez Dugand. Con esta modalidad de apoyo se han graduado 5 o 6 personas de la maestría.
Hoy en día Cerosetenta —cuyo equipo editorial está integrado por seis personas— busca crear un modelo mixto con más aportación de la universidad. “No nos molesta tener un modelo financiado por la universidad”, afirma Alejandro Gómez. La revista ha conquistado un público de lectores que incluye a profesores, periodistas y jóvenes (la revista privilegia temas como análisis de medios, política, género, agenda LGBTI+).
“Para las universidades es un beneficio muy grande tener un medio como este, como Anfibia […] Una universidad también está obligada a mirar al país, estamos pasando procesos complicados en los que los medios de comunicación tradicionales están haciendo un trabajo muy pobre, estamos presas de las fake news, etcétera y yo creo que la academia tiene un rol muy importante en este sentido”, reflexiona Alejandro.
¿Qué atrapa Cerosetenta?, en palabras de una lectora
Lo que más me gusta de Cerosetenta es que es un periodismo joven, pero que no piensa que los jóvenes somos brutos y que solo nos interesa sexo, drogas, rock&roll, que es algo que pasa mucho en Colombia, que quieren empaquetar a las audiencias jóvenes como si no tuvieran conciencia política; es periodismo hecho por jóvenes que están pensando la realidad del país, los problemas sociales […] Me gusta la idea de que lo que hace único a Cerosetenta no es necesariamente algo que nadie más pueda hacer sino que hace periodismo responsable, hace periodismo de manera ética […] Siento que la primera audiencia es la universitaria, pero no se queda en los Andes, siento que hay una comunidad de jóvenes interesados en el buen periodismo.Gloria Susana Esquivel***
Revista Anfibia, la vinculación universitaria que otros quieren imitar
Anfibia es una revista digital de crónicas, ensayos y relatos de no ficción, que trabaja con el rigor de la investigación periodística y las herramientas de la literatura. Cristian Alarcón, director periodístico de la revista contó a CNN en Español que se trata de “un experimento que nace en 2012 en la Universidad de San Martín, una universidad pública, gratuita y nacional, que mezcla en sus historias a un periodista con un académico”.
La revista surgió en 2012 dentro del programa Lectura Mundi de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), y “propone una alianza entre la academia y el periodismo, con la intención de generar pensamientos y nuevas lecturas de lo contemporáneo”.
En entrevista con Distintas Latitudes, Tomás Pérez Vizzón, editor digital de Revista Anfibia, cuenta que la audiencia del medio está conformada, en general, por personas entre 20 y 45 años, mayoritariamente estudiantes y profesionales en el campo de las ciencias sociales. “Se trata de gente que ya leyó los principales portales de Argentina y buscan una segunda lectura en Anfibia, gente inquieta que está interesada en profundizar sobre algunos temas o en buscar una agenda mediática distinta a lo que son los grandes medios”, dijo.
Pérez Vizzón explicó también que la relación de Anfibia con la UNSAM no se trata sólo de un subsidio, sino de una vinculación completa. La UNSAM paga los sueldos del staff editorial del medio y alberga dentro de sus instalaciones el espacio físico de la redacción. Por su parte, Anfibia difunde material universitario y académico en su portal. “Algo de lo que [hacemos] es sacar las grandes investigaciones que hay dentro de las universidades nacionales, sobre todo de la de San Martín pero también de otras, y llevarlas al gran público, traducirlo a un lenguaje más llano y que lo puedan leer todos”.
El equipo actual de Anfibia está compuesto por 10 personas, el director, un jefe de redacción, tres editores de texto, dos editores de arte, editor de redes sociales, una coordinadora de talleres, y una persona encargada de producción ejecutiva y administración.
Aún siendo un medio periodístico respaldado por una universidad, los alumnos y alumnas de la Universidad no tienen ningún tipo de vinculación con la revista. Esto dijo vía correo electrónico a Distintas Latitudes el director de Revista Anfibia, Cristian Alarcón, “No somos un medio ‘universitario’. Lo digo por la relación con los alumnos, nosotros no tenemos ninguna”.
Anfibia, periodismo que lleva la contraria, en palabras de un lector
Anfibia es de las pocas opciones en latinoamérica donde el periodismo de datos, de investigación, de calidad, convive y se enreda con la literatura con total naturalidad. Los textos te atrapan con su arco narrativo, con la riqueza de sus personajes y de las experiencias de quienes los escriben. Y la cereza en el pastel: llevan la contraria. Cuando el gobierno está hablando bonito de los militares, Anfibia le está abriendo espacios a los hijos de, para que expliquen por qué quieren que sus padres paguen la condena. Así hay montones de ejemplos.Karla Zabludovsky @KarlaZabs****
Laboratorio Distintas Latitudes es un ejercicio de investigación y experimentación periodística que realizan los reporteros y editores con temas diversos. El objetivo es aportar nuestra mirada ante la realidad, mientras aprendemos. En esta colaboración participaron: Jordy Meléndez Yúdico, Lizbeth Hernández, Ketzalli Rosas, Tania Chacón y Alma Ríos en México; Diego Pérez Damasco en Costa Rica y Florencia Luján en Argentina.
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