Hace algún tiempo – que bonito comenzar una historia con una reminiscencia de los cuentos infa
ntiles, que nos recuerdan las leyendas que escuchamos de niños – conté el caso de como dos pavos se transformaron en la representación del Día de Acción de Gracias… pero debo ser sincero, la historia quedó corta, algo faltó.
¿Por qué digo eso? La respuesta es que algunos – principalmente mexicanos – quedaron con la curiosidad de saber la importancia del regalo que mi amiga Morela Colina hizo a las dos princesas que escaparon de su tierra para poder casarse superando varios obstáculos pero encontrando hadas en el camino, otro guiño a los cuentos infantiles.
El regalo de Morela fue un pan de jamón, tomando en cuenta que una de las muchachas es venezolana, de Barquisimeto, la tierra de esta hada buena, pero solamente quienes han nacido en esta lejano lugar llamado Venezuela, pueden saber la solidaridad y cariño que existe cuando a alguien se le obsequia un pan de jamón.
Como no soy experto en historia, voy a recurrir a un especialista en el arte culinario que también conoce algunos relato
s y puede graficar mejor lo que encierra el pan de jamón.
Cuenta Miro Popic que este alimento es «una creación de comienzos del Siglo XX que poco a poco se fue transformando en una costumbre navideña hasta hacerse imprescindible cada diciembre. Por si no lo saben, el pan de jamón es exclusivo de nuestro país, se inventó aquí, se come sólo aquí y lleva el sello de nuestra identidad».
En un principio, menciona Popic se le llamaba «pan con jamón» y se creó en «1905 en la Panadería “Ramella”, que quedaba en la esquina de Gradillas y originalmente llevaba sólo jamón. Se hacía
con masa de pan sobado que se rellenaba con los restos del jamón de coleto que se planchaba luego de dejarlo remojando en una preparación que incluía vinos, clavos, piñas, canela, panela, etc. Luego, las panaderías de la competencia, que eran muchas, imitaron esta creación y le fueron agregando pasas y aceitunas “Fue Ramella quien comenzó con el pan de jamón y luego siguieron las otras panaderías – me dijo don Luís Morales en 1982, cuando todavía era secretario de la Asociación de Industriales de Panadería, que él había fundado en 1955–. Este pan se hacía con jamón “Ferry”, que venía forrado en una capa que llamábamos “chapapote”. Después de los años 40 el pan de jamón comenzó a hacerse con jamón en lonja. Pero ya no era el mismo, ni la masa ni el relleno. Ahora todo es más industrial, tiene menos sabor, antes se hacía con verdadero arte”.
Pero esta no fue la única panadería en preparar este producto, ya que también estaba «la “Solís” de F. Banchs &
C.A., y algunos creen que fue allí donde se elaboró por primera vez y quien lo hizo fue el viejo Francisco Banchs, de origen catalán, llegado a Venezuela en 1890. Pero no es así. “Mi abuelo llegó de España en 1890 – me confesó su nieto, el Dr. Francisco Banchs– y era de profesión panadero, pero él no inventó el pan de jamón. Es más, en España no se conocía en esa época. En la panadería de “Solís” comenzó a fabricarse a principios de siglo, pero no fuimos nosotros quienes lo inventamos, ya otra panadería lo había hecho antes, debe haber sido “Ramella”, como usted dice. Se hacía con jamón “Ferrys” y se picaba en cuadritos de un centímetro. Me recuerdo muy bien porque yo era el encargado de cortarlo y pesarlo, yo era el pesador. Al pan de Bs. 1 se le ponían 30 gramos de jamón y 5 gramos de pasas, al de Bs.2, 60 gramos de jamón y 10 gramos de pasas, y al de Bs.4, 120 gramos de jamón y 20 gramos de pasas. Eran panes por encargo. Recuerdo que todos los 24 de diciembre, entre las 4 y las 7 de la noche, la panadería se llenaba de gente buscando el pan de jamón. Hubo un año que cayó un tremendo palo de agua y muchos panes se nos quedaron fríos”.
Desde sus orígenes, el pan de jamón «fue un producto industrial que se transformó en tradición navideña. La mayoría de la población se alimentaba con poco y solo en diciembre se daban el gusto de comer algo sabroso o de preparar las trabajosas hallacas. El pan de jamón ha sufrido últimamente algunas alteraciones que van más allá de la receta original. Ciertas panaderías en vez de jamón de cerdo utilizan pavo, lo cual es muy respetable en caso de aquellos que por cuestiones religiosas o prescripciones médicas, no pueden comer cochino. Otros preparan versiones con masa de hojaldre, rica en mantequilla y más queb radiza. También algunos lo hacen vegetariano. He comido también panes rellenos con salmón ahumado, pero eso es ya otra cosa. Para darle brillo, se pinta con huevo. Yo, por mi parte, le pongo un melado de papelón cuando está dorándose en el horno. Le da ese toque dulzón que tanto nos gusta».
Señala Popic que «no es sino a partir de los años ochenta, con la publicación de las primeras recetas en revistas y periódicos, que el pan de jamón comienza a hacerse en casa. En verdad no tenemos costumbre de preparar el pan en el hogar, salvo algunas familias andinas. Es más fácil adquirirlo en la panadería de la esquina. Pero poco a poco esto ha ido cambiando y cada día son más los que se atreven a enharinarse las manos, entrarle de lleno a la cocina y hornearlo en casa justo el mismo día de la fiesta, para comerlo bien calientito, que sabe a gloria».
Por eso el pan de jamón tiene tradición en Venezuela y es parte de nuestra identidad. Y si ustedes no pueden comprarlo en la panadería, ya sea que pasó la época o porque en su panadería no lo hacen, anímese y prepárelo en casa. ¿Cómo?
Aquí les dejo la receta del Pan de Jamón, con imágenes de mi amiga Morela Colina.
Ingredientes
1 taza de agua tibia
3 cucharadas de levadura para pan
4 cucharadas de azúcar
1 panelita de 100 g. de margarina
1 taza de leche
3 huevos
1 kilo de harina de trigo, más 1 taza
1/2 kilo de jamón en lascas o lonjas
250 g. tocineta en lascas o tiras
1/4 kilo de pasas
1/4 kilo aceitunas rellenas
1 cucharadita de sal
Papelón
Preparación
Colocar en un recipiente una cucharada de azúcar, el agua tibia, revolver y colocar la levadura, dejar en sitio cálido y tapado por 20 minutos.
Aparte derrita la margarina y cuando esté fría agréguela a los huevos batidos, añada la leche, la sal y el resto de azúcar. Mezclar con la levadura y agregue la harina poco a poco, mezclando hasta que sea una masa que no se mueve con cuchara de madera, es decir, que deba amasar con las manos. En una mesa o sobre mármol, coloque harina y vierta la masa para amasarla, agregando la harina poco a poco y amasando, hasta que la masa no se pegue a las manos. Deje en reposo, tapada (sin corrientes de aire), por una hora.
Después de una hora, tome la cuarta parte de la masa para un pan pequeño, o la mitad para un pan grande. Estire la masa con un rodillo sobre la mesa, con harina para que no se pegue a ésta, y forme un rectángulo de unos 2 cm. de grueso.
Futuros panes de jamón.
La masa estirada, debe ser barnizada con el aceite de la tocineta y luego cubierta con lascas de jamón.
Coloca tres tiras de tocineta previamente desgrasadas (en sartén o microondas), para evitar q el exceso de grasa impida el buen cocimiento de la masa.
y sobre esta vierta puñados de pasas y las aceitunas enteras o cortadas.
Muy importante, rallarle papelón para q se derrita en el horno y se forme un “melaito” dentro del pan.
Comenzar a enrollar por el lado de las aceitunas, para que estas queden en el centro del pan
Terminar de enrollar dejando un pedazo de masa sin relleno.
Mojar ese pedazo de masa y «pegarlo» al resto del pan, con ligeros golpes para sellar bien.
Así.
Con pedacitos de masa haga adornos sobre el pan y déjelo en reposo y tapado una hora.
Barnizar con huevo batido.
Colocar en bandeja de horno con papel de hornear, con el cierre de la masa hacia Abajo, para q no se abra.
Pinchar decorativamente para que salga el vapor y cocine bien el interior del pan.
Hornear a 350 grados x 40 minutos.
Unos diez minutos antes de sacarlo del horno, puede pintar con huevo batido la superficie y met
erlo de nuevo al horno, para que tome un color dorado más bonito.
Aunque este es un pan que tradicionalmente se come en Navidad y Año Nuevo, lo cierto es que sirve en cualquier ocasión que sea especial para nosotros, ya sea un regalo, o pasar un momento agradable en compañía de los seres queridos.
El pan desde los tiempos de la biblia ha significado alimento, y como no solo de pan vive el hombre, nada mejor que rellenarlo con otros ingredientes igualmente nutritivos y que nos alegrarán el alma, o esa es mi Visión Particular.
Comments