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Puebla… entre recintos florales


Pertenecer a un país con gran legado indígena, danzantes milenarios que observaban los enigmas de las estrellas, tradiciones que viven y nos otorgan identidad, auténticas expresiones culturales que por naturaleza… son libres; desafortunadamente la tóxica “regulación” de un sistema corrompido, el engaño de unos cuantos que lamentablemente afecta a muchos, el sometimiento por parte de quienes portan un poderío malsano, cortinas de humo que simulan un huracán y otros tantos cuentos que relata la conveniencia mediática para fortalecer los lazos de la impunidad, es parte de los obstáculos.

Discursos de niños que sienten a su pueblo, sus raíces, ellos invitar a la reflexión, lo curioso es que éstos no se transmiten por las grandes cadenas de televisión u otros adinerados medios, a menos que sea para dar una falsa apariencia de veracidad. En fin, sordos, mudos y ciegos permanecen aquellos imperios que comunican su autismo social, humanitario y cultural, mientras no lo dispongan otras influencias.

En un respiro… es preferible adentrarnos en la belleza de dos mágicas localidades del estado de Puebla: Huauchinango, tierra que con su verde vegetación abrazada por árboles, nos invita a vivir su Feria de las flores, la beldad arquitectónica del siglo XVII en su conjunto conventual, la exquisitez de sus platillos típicos y sus alternativas eco-turísticas; mientras que el “Valle de agua” o Atlixco en náhuatl, es un heroico poblado famoso por su Huey Atlixcayotl, festividad parecida a la Guelaguetza oaxaqueña, varios templos de la época virreinal, leyendas en su Cerro de San Miguel, algunos balnearios, actividades que literalmente te harán volar, además de ser catalogado como el mejor clima del mundo.

Huauchinango… rodeado de árboles


Habitado en la época prehispánica por civilizaciones chichimecas y mexicas, ésta localidad fue fundada 1527 por el peninsular Don Alonso de Villa Nueva, quien la dividió en cuatro barrios: el de San Francisco, Santiago, Santa Catarina y San Juan.

Algunos de los atractivos de este recién nombrado Pueblo Mágico son: su conjunto conventual integrado por el Santuario de Nuestro Señor del Santo Entierro, que data del siglo XVII; el Templo de Santa María de la Asunción, que cuenta con la segunda cúpula más grande de América Continental y el Mausoleo construido en mármol para el General Rafael Cravioto Pacheco.

Otros de sus encantos son: la Presa Necaxa, donde puedes practicar algo de canotaje, kayak o rentar alguna cabaña para relajarte en su exótico entorno boscoso, también vale la pena que visites la Cascada Totolapa o el Centro Campestre donde podrás saborear alguna trucha que hayas pescado, así como darte una vuelta por su zócalo arbolado o adquirir alguna artesanía… como una alguna blusa para tu amada, un jorongo o algún mueble de madera labrado con gran arte por los maestros carpinteros de Huauchinango.

Respecto a sus festejos, el principal es el Festival de las Flores, donde las mujeres presumen sus titixtles, traje típico, que si es de color negro significa que la dama es casada, pero si visten de rojo, existe oportunidad mis estimados homoespacieros. Dentro de esta celebración, se realizan distintas danzas regionales, peleas de gallos, jaripeos, muestras gastronómicas, exposiciones botánicas, coronación de la “Reina de las Flores”. Su duración es de nueve días y se realiza el primer domingo de cuaresma, ya sea a finales de febrero o inicios de marzo.


Atlixco… decoración floral


Teochichimecas, chichimecas y xicalancas fueron los primeros pobladores de esta región dominada por la Gran Tenochtitlan, Quauhquechollan o ¨Águila que huye” fue su primer nombre y a la llegada de los conquistadores ibéricos, el sitio era conocido como Acapetlahuacan.

En el periodo virreinal se bautizó a estas tierras como Villa de Carrión, fundado por don Pedro del Castillo Maldonado y Cristóbal Ruiz Cabrera, un 22 de septiembre de 1579 y el 14 de febrero de 1843, Nicolás Bravo eleva por medio de un decreto a categoría de ciudad este valle, otorgándole su actual nombre… Atlixco.

Otro acontecimiento histórico sucedió el 4 de mayo de 1862, un día antes de la Batalla de Puebla, cuando la valentía de los atlixquenses evitó que las tropas galas se fortalecieran en la conocida gesta de la Batalla de Atlixco, con cuyo acontecimiento el 26 de noviembre de 1998, el Congreso del Estado declarara Heroica a esta localidad.

Considerado por tener el mejor clima del mundo, este pueblo mágico cuenta con algunos balnearios como el de Aqua Paraíso con varias albercas, toboganes, área de comida y hasta zona para acampar. Si buscas algo de adrenalina de altura, los parapentes y Ala Delta en la cima del Cerro San Bernardino de Chalchihuapan te esperan para que vivas la experiencia de volar.

Otros encantadores rincones de esta Zona Típica Monumental, es visitar el Cerro de San Miguel, para que te cuenten la leyenda de cómo el arcángel encerró en un pozo a un travieso diablo, y ya que andamos sacros, date una vuelta por el Ex Convento Franciscano para admirar el panorama que ofrece esta iglesia.

Otras edificaciones que bien vale la pena apreciar son: el Ex Convento del Carmen, con estilo barroco, de la primera mitad del siglo XVII y que actualmente funciona como Centro Cultural, donde se realizan distintas exposiciones temporales. También puedes ir al Hospital de San Juan de Dios, construido a finales del siglo XVI, en su interior encontrarás una interesante pinacoteca con algunos óleos de Pablo de Talavera o Luis Barruecos.

En los viveros atlixquenses, podrás adquirir exóticas plantas y flores. Incluso en éste poblado, se realizan dos celebraciones botánicas: la Feria de las Flores y la Ferias de la Noche Buena… así que puede ser un buen pretexto para que visites Atlixco y decores tu casa con estas plantas para la época navideña. La máxima fiesta de la localidad es El Atlixcáyotl, que comparte mucho parecido con la Guelaguetza oaxaqueña, ya que distintas danzas, cánticos, rituales y música prehispánica, muestran el esplendor de los indígenas de la región, entre exposiciones florales y gastronómicas que se realizan en agradecimiento a la naturaleza y se elige a la reina, así como princesa de este festejo.

Después de tanta convivencia, actividades eco-turísticas y visitas arquitectónicas, Atlixco tiene algunos hoteles o cabañas, donde si corres con la suerte de terminar la noche acompañado de una fémina, la magia… está por comenzar.


Glen Rodrigo Magaña

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