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Comer es un placer en España


Cuando un país decide participar en una exposición internacional, más si es fuera de sus fronteras, siempre expone lo mejor de su producción, y nada habla mejor de una tierra que su gastronomía.

España estuvo presente en la recién finalizada Feria de las Culturas Am

igas de la Ciudad de México, y ahí los habitantes de la ciudadcomo quienes visitan DF constantemente pudieron apreciar una porción de lo que ofrece la cocina española, que además de poseer platos típicos, también se ha nutrido de los ingredientes que América le legó.


Si uno le pregunta a un español sobre el plato representativo de su país tendrá que contestar que depende… y esto obedece a que hay «múltiples cocinas regionales influidas en cada caso por la climatología y las formas de vida autóctonas». Lo que sí es cierto es que «la cocina española se distingue por utilizar tradicionalmente en la preparación de los alimentos el aceite de oliva como grasa vegetal y la manteca de cerdo como grasa animal, así como la gran variedad de frutas y verduras que aportó la cultura árabe a la mesa y otros elementos como la patata y el tomate llegados de América.

La gastronomía española se puede dividir por regiones y así

tenemos que  la cocina del norte: donde están El País Vasco, Asturias, Cantabria o Galicia, es una zona donde  existe una variedad tanto en carnes como en pescados. con platos como el «marmitako» (patatas con bonito) y el «txangurro» (almejas y centollo). También está la «fabada» (guiso de alubias y productos del cerdo),  cocina de mar y de montaña con carne de vaca, anchoa y los derivados lácteos, así como las caldeiradas, o el pulpo.


La cocina mediterránea: asociada a la famosa dieta mediterránea que se muestra tan beneficiosa para la salud, se basa en la trilogía del trigo, el olivo y la viña, con otras aportaciones notables como las del arroz, las legumbres, el ajo, las verduras y hortalizas, el queso y el yogur, los pescados, carnes y huevos, y las frutas. Cocina tan variada como completa que en los espacios naturales mediterráneos de España se interpreta con distintos matices y particularidades.

La cocina de la Meseta producto de una climatología

extremada que exige del hombre un esfuerzo duro y continuado en su labor. Castilla y León pone sus bases en las legumbres: alubias (La Bañeza, El Barco), garbanzos (Fuentesaúco) y lentejas (La Armuña).  Extremadura participa también de estos caracteres en una muestra en la que destacan los productos y platos derivados del cerdo ibérico. Calderetas y cochifritos, escabeches fríos, verduras silvestres (setas, cardillos, puerros) y una gran variedad de quesos artesanos al amparo de los fogones conventuales (Guadalupe, Yuste, Alcántara) y del arraigo popular.

La cocina del sur o de Andalucía,  una cocina de huerta y vega, una cocina de guisos invernales y pastoriles y una cocina mediterránea e

n el litoral. A todo ello debemos unir su amplia y exquisita repostería, legado de la cultura árabe, y la variada cocina relacionada con el cerdo, que tiene en la matanza su punto culminante ritual y colorista. Los gazpachos y sopas, las frituras y los guisos particularizan una cocina de gran acervo popular.

Las Islas Canarias disfrutan de una cocina muy personal que tiene en el gofio (harina de cereales tostados), las legumbres, los cultivos tropicales y sus famosos mojos (salsas de pimienta y cilantro) algunos de sus alicientes.

No todo es Comida

Pero el ser humano no solo se alimenta de comida, y España

también ofreció libros para los interesados en llenar sus almas, sus espíritus, y por ello la Feria mostró temas como la saga «Millenium», del sueco Stieg Larsson, que encabeza el ranking de libros más leídos, mientras que la trilogía erótica «Cincuenta Sombras de Grey», de la británica E. L. James, se sitúa en lo más alto del top de la literatura española. En literatura infantil y juvenil, la saga «Crepúsculo», de Stephenie Meyer, aparece entre los más leídos y «Gerónimo Stilton» y «Harry Potter» son los de mayor éxito entre los niños de 10 y 13 años.


Aunque en «España, la actividad editorial ha descendido en torno a un 20% en los últimos tres años, según los últimos datos que en diciembre dio a conocer la Federación de Gremio de Editores a través del Gremio de Editores de Cataluña. Pese a que aún no hay datos oficiales, los editores calculan que en 2012 el negocio editorial descendió entre un 10 y un 11%, pasando la facturación de unos 2.800 millones a unos 2.500 millones, lo que significa una pérdida de unos 280 millones de euros. Sin embargo, pese a las difíciles perspectivas económicas del sector, hoy hemos conocido un dato que invita al optimismo, ya que según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros de 2012, el porcentaje de lectores de libros alcanza ya en España el 63% de la población (2,6 puntos porcentuales más que en 2011)».

La mala noticia sobre el leer es que «en un listado de 108

naciones publicado por la UNESCO sobre índices de lectura a nivel mundial, México ocupa el penúltimo lugar». «En contraste con los bajos índices de lectura, el 41% de la población dedica su tiempo libre a ver televisión, mientras sólo el 12% dedican este tiempo a la lectura. 40% de la población nunca ha entrado a una librería, de las cuáles en México existe una por cada 200 mil habitantes. Más números: los senadores advirtieron que el índice de lectura de la población general disminuyó de 54.6% en 2006 a 46% en 2012. Esto significa que el mexicano promedio lee 2.8 libros al año, en contraste con España (7.5) o Alemania (12). A pesar de esto, según la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), la tendencia negativa del número de librerías que en 2006 eran 42,045 y 39,999 en 2010 remontó en 2011 hasta alcanzar 40,345 establecimientos».

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