Primero conocemos a Rita, cuyo nombre completo es Viborita. Ella es un títere de guante que viene acompañada de Miguel Chauqui, director de teatro, dramaturgo y multivoces de las marionetas.
Aunque muchos magos no quieren que vean los trucos, a Chauqui no le importa que los niños conozcan la magia que está detrás de los títeres y por eso comienza su espectáculo enseñando a Rita, y narrando su amor a este tipo de teatro, buscando así atraer a los más pequeños a este mundo de encanto y diversión.
La viborita naranja será la presentadora y escenógrafa para dejar todo listo para que el resto de los títeres, todos de guante, interpreten la historia de «Los Supersanguches»
La historia comienza mostrando a Tita que está esperando a su novio Tito, porque irán a la fiesta de cumpleaños de un amigo, más por ir a comer que por festejar el onomástico, porque ellos – hay que decirlo – son amantes de los sándwiches.
Mientras espera a su enamorado decide maquillarse y terminar de vestirse, pero se tarda tanto que cuando llega Tito este se desespera por el hambre que tiene y decide irse sin la novia para la fiesta.
Tita se preocupa por la tardanza de su novio, quien ha decidido regresar a la casa de ella llevándole algunos sanguches, pero estos terminan en manos de un galán, que buscará aprovecharse y conquistar a la dama con estos obsequios. Tito se siente traicionado porque cree que es la novia la que se está llevando lo que él trae para comérselos sola.
Ante estas desapariciones, Tito comienza a traer unos cada vez más grandes, hasta que trae un Súpersanguche y logra ver que quien realmente está desapareciéndolos es el galán. Inmediatamente se da cuenta de sus tretas y pelean, pero no con armas que no es de caballeros, sino a punta de emparedados. Al final el bien triunfa y Tita se da cuenta del engaño por lo que se aleja del galán y corre a los brazos de su novio, para entre los dos comerse lo que queda de los sanguches de la fiesta del amigo, sellando así su reconciliación.
La moraleja es que siempre hay que hablar sin prestarse a los malos entendidos y – principalmente – nunca debemos hacer esperar a la otra persona para ir a comer bocadillos, más si son fanáticos de ellos.
Al final de la representación, en la que Chauqui maneja todos los personajes y hace sus respectivas voces, el artista comparte con el público infantil sus títeres de guante, también más de un adulto los agarró para conocerlo de cerca, y descorre el telón que cubre el teatrillo para que los pequeños conozcan todos los secretos, a lo mejor hay algún interesado en seguir este arte escénico.
«Los Supersanguches» es un espectáculo de unos 35 minutos para toda la familia que el Grupo HIJI presentó dentro del Ciclo de Teatro Infantil y Juvenil en las Vacaciones Invierno 2015, que se desarrolló en la sala Martín Galán del teatro Mitre de Jujuy.
Acercar el teatro de títeres a los niños y permitir que conozcan cómo se hacen es una forma de enamorarlos para que ellos, en un futuro tal vez no muy lejano, sientan el interés por formar parte de este mundo, uno lleno de magia, alegría y que significa una continuación de un arte que no por sencillo es menos importante, o esa es mi Visión Particular.
Francisco Lizarazo
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