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Consecuencias de la crisis de papel en Venezuela

Creer que porque el Gobierno no entrega las divisas para comprar papel para los diarios, como s

i fuera un regalo ese dinero y los dueños de los medios no debieran pagar el bolívares el precio que establece el Ejecutivo, las noticias dejarán de cubrirse es tan ingenuo como pensar que alguien dejará de ser infiel porque se venda el sofá donde fue capturado «in fraganti».

Con el desarrollo de la tecnología es difícil – aunque claro que no imposible – controlar  el flujo de información, por lo que centralizar la entrega del papel en un organismo oficial, sea en Argentina o en Venezuela, no garantiza que la población dejara de estar informada. ¿Entonces cuál es el problema si los diarios dejan de tener papel para las rotativas?     


Esa es la pregunta en la que se basó Espacio Público para organizar un  foro que permitiera reflexionar sobre «las restricciones que en el último mes afectaron a la prensa escrita, como el cierre de El Carabobeño y la sentencia que ahora pesa sobre el Correo del Caroní».

Con un panel  donde estuvieron algunos de los involucrados como Carolina González, de El Carabobeño; Juan Carlos Salas, de El Impulso; Oscar Murillo de El Correo del Caroní y la moderación de Víctor Amaya, la intención fue analizar hacia dónde va el periodismo en el país y sociedad. 

Murillo dijo que «antes de comenzar a tener los problemas de papel, la empresa tenía planes de crecimiento tanto en su plantilla de periodistas como en aumentar el número de páginas con las que circulan».

correo

El Correo del Caroní ha tenido que adaptarse a los problemas de papel y, tan solo en el 2015, sufrió tres modificaciones en su formato,  según Murillo,  como consecuencia de la falta de papel. «Lo primero fue pasar a tener un solo cuerpo, luego se plantearon la modificación de su formato, y finalmente tuvieron que modificar su periodicidad, pasando de diario a semanario». Esto como se podrá imaginar el lector, trae como consecuencias menos contratación de personal,  menos inversión publicitaria y, en última instancia, menos cobertura informativa.

Pero lamentablemente este no es el único diario en problemas, ya que Carolina González, representante de El Carabobeño, recordó que este diario del estado Carabobo tiene 82 años de historias, siempre con el lector en la mira que esté informado.


Al igual que El Correo del Caroní, El Carabobeño ha tenido que ajustarse y ya en el «primer trimestre de 2014 tuvieron que recortar contenidos, lo propio hicieron en el segundo trimestre del mismo año. Entre las desapariciones está el suplemento infantil, que salió de circulación. También se sacrificaron las páginas para información sobre espectáculos, comunidad y opinión de estudiantes». De esta manera, quienes normalmente no tienen voz y podían aspirar a un espacio para fijar posición o plantear temas de interés deben verse sacrificados en virtud del poco espacio que dispone el diario  y que debe reservar a otros temas, más inmediatos.

impulso

Otro ejemplo de adaptación es el del diario El Impulso, que según Juan Carlos Salas no recibe papel desde enero y actualmente le queda papel para circular por tres semanas más. Sobre el manejo de los espacios, dijo que también se han realizado “muchas modificaciones, hemos perdido el cuerpo de turismo y a veces sale espectáculos”.


Son más de 270 trabajadores que trabajan en este diario del estado Lara, el más antiguo del país, que viven una situación der angustia por «la falta de respuesta de la Corporación Maneiro”, organismo oficial que se llama Complejo Editorial “Alfredo Maneiro” (CEAM) y que está adscrito al ministerio del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno, con la exclusiva responsabilidad de importar y  comercializar papel e insumos a los medios impresos.

A mediados de marzo El Impulso tenía previsto llegara un cargamento de papel pero aún no hay respuesta del ente oficial al respecto. El cargamento que recibieron en enero llegó solo con la mitad del pedido.

cnp

La secretaria general del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) seccional Caracas, Lisbeth De Cambra, denunció que este Complejo distribuye “80% de papel para los medios oficialistas y solo 20% para los medios privados». Sin embargo, es bueno recordar que la creación de este organismo se hizo para evitar el monopolio del papel en manos del sector privado. Algo similar ocurre en Argentina con el tema de Papel Prensa.

Más allá de querer callar a las voces disidentes desde el Ejecutivo nacional, la falta de papel para los medios impresos influye negativamente en la vida de los trabajadores de los medios que dependen de la existencia del papel. En el grupo de afectados hay opositores, hay chavistas, hay los llamados Ni – Ni, pero al final todos pagan los platos rotos. No es tan fácil decir que si no hay prensa escrita no importa porque el público siempre se enterará de las noticias, la realidad es que las políticas económicas afectan a todos y mientras menos fuentes de empleo tengamos en Venezuela, más irá decayendo la calidad de vida de quienes habitan la Patria que se imaginó Bolívar.

Nota. El material para este análisis proviene de la página web de Espacio Público y otros sitios que digitales que se interesan en el desarrollo del periodismo en Venezuela, a quienes agradecemos por generar escenarios de opinión y debate.

Francisco Lizarazo

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