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De bebida milenaria a creciente actualidad: El Té


Hay quienes lloran de alegría; otros detrás de sus carcajadas ocultan un inmenso dolor. Un ciego puede ver más allá que lo que otros con ojos sanos no alcanzan a comprender. En un silencio pueden existir más sonidos que en toda una conversación. El regalo más pequeño quizás tenga más valor que ese enorme obsequio. El que posee riqueza material, puede padecer más hambre de afecto y necesidad de calor de hogar.

En fin… el hombre es un animal de contradicciones y el té es una muestra de ello, al menos en Argentina, ya que desde que hice de esta mi casa, he tomado más Té que en todos mis 50 años y es paradójico tomando en cuenta que esta infusión es un

placer diario que consumen los hijos de San Martín y que fue una herencia dejada por los ingleses, quienes – en general – no gozan desde hace mucho tiempo, de mayor simpatía por estos lares, sin que por ello se pueda acusar a los argentinos de ser xenófobos.

Pero es que aparte del mate, el té es consumido en todas las variedades habidas y por haber en Argentina, siempre acompañado de facturas, galletas o algún otro alimento dulce o salado.

Aunque la denominación té – al igual que sucede con el nombre de Champagne que es exclusivo de esa región de Francia- solo debería utilizarse al referirse a infusiones provenientes de “Camellia Sinensis”, especie vegetal de forma arbórea, lo cierto es que Té le decimos a cualquier añadido que nos permite darle sabor al agua caliente y compartirlo con amigos, familiares, o tomarlo en nuestra intimidad.

El té ocupa, en la actualidad, el segundo lugar después del agua en lo que respecta a las bebidas más populares

en el mundo occidental, sin embargo, en países como China, Japón e India ha sido la bebida principal a lo largo de su historia. Se dice que la costumbre de servir hojas de la planta del té para dar un buen sabor al agua hervida se utilizó por primera vez en China hacia el año 250 a. C. y desde ese momento se ha expandido a casi todas las regiones del mundo con una gran aceptación.

Argentina es el noveno país, con una participación global del 2%, en el ranking mundial de países productores, con una Además, el país se destaca por ser uno de los pocos países del continente americano en los que se produce el cultivo.

«Las exportaci

ones argentinas de té alcanzan 38 destinos, entre ellos: Estados Unidos, Chile, Países Bajos y Reino Unido. En el país hay aproximadamente 35 empresas exportadoras de té. Se estima que el sector de té de la Argentina comprende unos 8.000 productores. La mayoría de las empresas del sector se encuadran en pequeños y medianos emprendimientos».

El té tuvo su Edad de Oro en China, durante la dinastía Tang y su libro sagrado, el Cha Sing, o Arte Clásico del Té que detalla de forma poética las diferentes técnicas y formas de prepararlo.

Asociado al consumo de la bebida está también el desarrollo de la cerámica en China, que permitió la elaboración de utensilios para su consumo y que muchos de estos objetos terminaron siendo de colección.

Tipos de Té

Existen cuatro grandes grupos de Té:

  1. Té Blanco

  2. Té Verde

  3. Té Oolong

  4. Te Negro

La diferencia entre los tipos de té radica en el modo en el que las hojas y brotes son procesados después de la cosecha.

Pero además, el tipo de té también ofrece beneficios a la salud. Por ejemplo, el té blanco es «beneficioso para ayudar a las células de la piel a elevar su actividad inmunológica cuando es expuesta a rayos solares dañinos. Investigadores del Linus Pauling Institute at Oregon State University encontraron que el consumo regular de té blanco ayuda a prevenir el cáncer de colon».


Té blanco

El té verde – que es el que ha ganado mayor popularidad en los últimos tiempos – ha demostrado ser «eficaz para reducir el apetito, disminuir el peso corporal y los niveles de azúcar sanguíneos», por una sustancia llamada EGCG o Epigalocatequina Galato, de acuerdo al hallazgo realizado por los Dres. Kao, Hiipakka y Liao, Endocrinology 2000.


Té verde

Con respecto al té Oolong, «investigaciones efectuadas en el Suntory Research Center in Osaka, Japón; concluyeron que beber regularmente una taza de Oolong 15 minutos antes de comer alimentos ricos en carbohidratos, frena el aumento de la secreción de insulina, reduciendo entonces los efectos engordantes de la ingesta de hidratos de carbono».


Té Oolong

Por último, pero no menos importante, el té negro «fue encontrado beneficioso para reducir el posible riesgo de cáncer de ovario. Un estudio publicado por el International Journal of Gynecological Cancer, en 2006, reportó que aquellas mujeres que bebieron 2 o más tazas de té negro por día, redujeron un 30% el riesgo de contraerlo. La Dra. Ann Walker, miembro del Té Advisory Panel, en 2008, estuvo al frente de una investigación en la que participaron más de 63000 hombres y mujeres comprendidos entre las edades de 45 a 74 años. Aquellas personas que bebieron 24 tazas o más al mes, redujeron un 71% la probabilidad de contraer Mal de Parkinson».


Té negro

En la actualidad el consumo de té pasó de ser una moda a un estilo de vida, por ello se ha incrementado la oferta y vemos variedades de combinaciones de hierbas, pero también un creciente interés en emprendimientos que brindan a la posibilidad – o la excusa – para que las personas se reúnan en torno a una aromática tasa y conversen o pasen un rato en grata compañía, olvidando – por un rato – los problemas diarios, como si esa infusión fuera un oasis de paz que nos conecta con nuestros sentimientos y nos llena de bienestar, o esa es mi Visión Particular.

Francisco Lizarazo

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