Cuentan los viejos mapistas, que más allá del horizonte, aún existe dragones
África Mía (Sydney Pollack – 1985)
Cuentan – nada mejor que iniciar un relato que con esta palabra – que al principio todo era silencio, quietud, tranquilidad. Luego llegó la palabra y se hizo sonido, eco, sentimiento. Comenzamos a comunicarnos.
Con la pintura el hombre pudo expresar lo que le rodeaba, pero fue con la palabra cuando pudo darse a entender – la imagen es algo tan subjetivo – y comenzó a expresas su ideas con el sonido de sui voz, de sus escritos. Los hombres pudieron plasmar lo que tenían en sus mentes y con un correo llevar esas ideas a otros lugares.
Surgieron los juglares, esos que contaban en villas cercanas lo que otros habían hecho y pensado. Las historias de estos seres se transformaron movimiento, en experiencias y las otras artes vieron la posibilidad de unirse y ser más grandes en conjunto. Así nació el Teatro.
Pero no todos se unieron a esta causa y muchos juglares se quedaron solo con los relatos y sus cuerpos para transmitir esos sentimientos que ahora el arte escénico podía transmitir mejor, así que los trovadores aprendieron otras artes, a usar sus cuerpos, sus voces y siguieron de pueblo en pueblo, de villa en villa narrando historias que antes habían aprendido, creando algunas nuevas luego de escuchar en el camino las historias de otros aldeanos.
La narración oral se volvió importante y todos tenían algo que decir, pero a veces los juglares no sabían cómo decir lo que habían escuchado y fue necesario recurrir a los viejos maestros que iniciaron a los aprendices en las artes de contar sin aburrir y estos nuevos cronistas salieron por todo el ancho y largo planeta a llevar las buenas nuevas como si fueran apóstoles. El mundo nuevamente fue el escenario para contar cuentos y relatos.
A Jujuy llegaron por 6ta ocasión narradores de esa tradición oral para contar en Perico, Ocloyas, Libertador General San Martín, Calilegua, Palpalá, Monterrico, El Carmen, Yala, y San Salvador lo que ellos han oído, han aprendido y necesitan trasmitir a otros.
Del 14 al 19 de octubre los narradores como nuevos mensajeros llegaron de Cuba, Perú, Colombia, Chile, de Buenos Aires y junto a algunos de la propia Provincia ofrecieron una mirada mezcla de teatro, de festival oral y de travesía cultural para que grandes y pequeños conocieran que – más allá de nuestro horizontes – la imaginación aún nos tiene reservados algunos dragones para divertirnos y maravillarnos
En Perico estuvo Flor Canales, proveniente de aquí cerca – de Perú – para maravillarnos con relatos que ella conoce y que nos permiten a los mortales saber que una princesa para conocer a su verdadero príncipe debe besar muchos sapos, o que el sol y la luz – pese a algunos desacuerdos – han lograron amarse durante muchos los siglos y muestra de ellos son sus hijos: las estrellas.
Como la narración de nuestra tierra, del pueblo donde nacimos, de la vida que nos tocó es una forma de que nos conozcan otros y de no sentirnos tan solos cuando estamos fuera de nuestras fronteras, Flor narró para los estudiantes que estuvieron viéndola – y mira que distraer adolescentes no es nada fácil – lo que ella hacía cuando era más chica y las vacaciones que pasaba con sus abuelo, en compañía de las ovejas, de los chivos y otros seres que solo quieren pastar y vivir su viuda en paz.
Y como no hay nada como la sabiduría de los abuelos, el de flor le enseñó a tener en cualquier parte los sonidos de Huacho, como el canto de los sapos, o la melodía del viento. Para esto, el abuelo creó algunas piezas y figuras que lleva a sus espectáculos para que otros conozcan más de su tierra y se enamoren de la naturaleza, como lo hace ella.
Nuevos narradores en El Carmen
Como es necesario que nuevos juglares aprendan a contar los cuentos que entretienen y educan – sonó al libro Gordo de Petete – dentro de esta sexta travesía de narración oral, Flor Canales y Johan Garrido, de Colombia, fueron los facilitadores de un taller de capacitación para educadores y cuentacuentos que aprovecharon la experiencias adquiridas por estos dos artistas internacionales para mejorar o aprender esta forma de comunicación.
Desde aprender nuevas o mejores posturas, al arte de hablar en público, la improvisación y el seguir un relato que cree interés, así como atención del público – no hay nada que se distraiga más que un niño – y ellos son bien sinceros, si me aburro, me duermo, lloró o me da hambre, pero quieto por educación no se quedarán jamás. Por eso es importante aprender técnicas y recursos para que no se pierda la concentración de quienes nos vean.
Pero no solo los nuevos narradores tuvieron su jornada de trabajo, los chicos también tuvieron un espacio para que el colombiano contará algunas historias interesantes como el origen de las estrellas fugaces, donde el protagonista es un niño pequeño como los del público que quiere salvar a las estrellas de mar de quedarse secas en la playa. También pudimos conocer con Johan quién es el personaje alto, vestido de negro con un sombrero de copa que descansa sobre su nariz, dejando ver únicamente parte de la sonrisa y que muchos confunden con la muerte, pero que sin serlo se jacta de acabar con el amor para complacer al sindicato de malos sentimientos, que está presidido por el Odio que busca acabar de una vez con el Amor, que no ha podido ser derrotado ni por la avaricia, ni por los celos, pero este personaje oscuro asegura que en poco tiempo el Amor habrá fallecido… ¿Quién es este malvado ser?… No pienso decírselos, porque eso arruinaría la posibilidad de que ustedes busquen a Johan Garrido y escuchen en sus propias palabras aquello que acaba con el Amor.
Los narradores que estuvieron en Jujuy, además de Canales y Garrido, fueron Elvia Pérez Nápoles – de Cuba – Jorge Riquelme – de Chile – Claudio Ledesma, Mabel Plaul y Graciela Joaquín – de Buenos Aires – mientras que por la Provincia estuvieron Iván Santos Vega, Dolores «Lola» Castro Olivera, Beatriz Fernández Salinas, Gabriela Morel, Juan Castro Olivera, René Olaguivel y Vanesa Vásquez.
El viaje de estos modernos trovadores finalizó – por ahora – pero en cualquier lugar pueden aparecer nuevos narradores que nos maravillarán con sus cuentos, sus relatos y sus historias que nos ayudarán a conocernos más, a saber que todos estamos ligados de una u otra manera y que al hacer el bien – o el mal – tarde o temprano nosotros también seremos alcanzados por nuestras acciones, así que sonriamos más, amemos más y dejemos de lado a ese hombre vestido de negro, de sombrero negro alto, que descansa sobre su nariz, dejando ver – a penas – parte de su dentadura y sonrisa, pero que si nos sigue nos hará la vida muy dura, aunque afortunadamente para evitar eso existen los héroes de nuestra imaginación, o esa es mi Visión Particular.
Francisco Lizarazo
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