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Extrañas Maldiciones

Existe la maldición del Club de los 27, estrellas del firmamento musical que murieron a esa edad. La maldición de Superman se refiere a la superstición que se basa en una serie de desgracias que han afectado a las personas creativas involucradas en la adaptación de Superman en diversos medios de comunicación, en particular a los actores que han interpretado el papel de Superman en el cine y la televisión. La maldición Kennedy ha perseguido a esta familia desde hace más de 60 años afectando a esta celebre dinastía con hechos trágicos. La maldición de los Grimaldi cuenta que en el siglo XIX, el Príncipe Rainiero I quien vivía en Mónaco, dejó plantada a una amante que era gitana. Presa de la rabia, la mujer le lanzó una maldición: «Ningún Grimaldi encontrará felicidad en el matrimonio».


Estas maldiciones pueden ser ciertas o no, lo que sí no se puede dudar es que hay hechos que hacen suponer que algo de real hay en torno a ellas, así que no hay nada de extraño en que alguien decida investigar alguna leyenda de maldiciones, no tanto para corroborar su veracidad, sino para lucrarse con el hallazgo.


Similar a estas maldiciones está la de la familia de la Cormaneja, de quien se dice recibió la maldición de un gitano, que produce en los varones un extraño sortilegio: al enamorarse instantáneamente creen tener súper poderes, muriendo al tratar de comunicarse con los lobos, intentando detener un tren o queriendo volar, algo parecido a los Grimaldi o a la maldición de Supermán.


Para saber si esta leyenda es cierta, el dueño de un circo que se aprovecha de los llamados fenómenos busca al último descendiente varón de esta familia y al encontrarlo lo hipnotiza para presentarlo en escena para que el público observe si en realidad la maldición surte efecto en las condiciones creadas por él, para que en su morbo la audiencia disfrute del sufrimiento de Cecilio de la Cormaneja, y ver si realmente muere víctima de la maldición


Lo que no sabe Hans Bursegovich, quien es el dueño del Freak Show – o circo de fenómenos – es que como dice la canción de Rubén Blades «la vida te da sorpresas» y el final de la historia no es lo que él quería, aunque sí hay que reconocerlo, la muerte llega al último descendiente de la familia, hecho que se prolongará más allá de lo imaginable haciendo de este episodio el de mayor atractivo para quienes dirigen el espectáculo.


Afortunadamente nadie sale mal librado de esta historia, porque todo es una farsa que representa la Compañía La Sombra al mostrarnos en escena la obra teatral «Freak Show, Circo de Fenómenos», una obra de Martín Giner.


Tras su estreno en Santiago de Chile, en enero del 2015, la obra se presentó en el Teatro El Pasillo de Jujuy, con las actuaciones de Juan Pablo Dumon, como Hans Bursegovich, el dueño del Freak Show; Juan Gabriel Albesa, como Cecilio de la Cormaneja y Daniela Chañi, como Josefina, otra víctima del empresario circense que debe enamorar al protagonista.


La dirección y puesta en escena están a cargo de Gabriela Espinoza, quien lograr crear un ambiente que va entre lo morboso y lo anecdótico, con toque de buen humor y amor, para que el público aprecie el texto de Giner que juega con emociones, sensaciones y unos textos bien escritos donde la repetición de escenas es una constante en la obra, queriendo destacar que aunque las cosas se hagan siempre igual, no siempre darán los resultados que esperamos. Esta es una obra con mucho texto y repetición intencional de escenas que mantiene atento al espectador.


Juan Pablo Dumon caracteriza al presentador, vestido como los anfitriones de los grandes espectáculos circenses, pero también tiene algunos toques de locura y mirada malévola como Joel Grey en «Cabaret», siendo el titiritero que acciona los hilos a lo largo de toda la trama, aunque a veces exagera en la voz y pierde la secuencia de los parlamentos, provocando que uno se olvide de la historia – que atrapa al público – para recordarnos que estamos frente a actores que interpretan un papel, lo que de alguna manera rompe con la «magia» de la representación.


La actuación de Juan Gabriel Albesa está entre la del personaje «torpe» de una comedia – mezclado con mucha ingenuidad – y la actitud de quien no le importa nada de lo que le pase porque sabe que la «maldición» igual se va a cumplir, lo que le da carácter a su personaje, aunque al igual que en el caso de Dumon también pierde el hilo del texto.


De los tres actores, Daniela Chañi es la más convincente en su rol – con buena voz, buen manejo de la escena y una actitud creíble – que aunque hay mucho texto y muchas repeticiones de escena lograr generar un buen clima dentro del desarrollo de la obra.


Para ser la primera experiencia actoral de ellos el trabajo final es interesante, principalmente por lo extenso de los parlamentos creados por Giner, lo que hace este trabajo digno de ver y apreciar.  


Este es una obra teatral donde se juega – y se exagera – con las emociones humanas para lograr un fin específico: comprobar que los seres humanos podemos ser manipulados para hacer lo que otros tienen en mente, algo que – aunque nos cueste creer – es posible, basta ver el comportamiento de las personas durante la épocas electorales o en casos de nacionalismo exacerbado, así que lo que vemos en escena si bien es un producto de la imaginación de un escritor, puede ser también una excusa para tocar temas que no todos queremos ver de manera real y directa, así los resultados no sean los que esperamos y nos salga «el tiro por la culata» o esa es mi Visión Particular.

Francisco Lizarazo

Galería de imágenes de Freak Show










































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