top of page

Hasta en el penal se siente el llano

[kento-splash-screen]

A propósito del teatro penitenciario (y…III)

Quienes han estado en el llano venezolano sabrán, y si no es así aquí se los cuento, que esta es una región del país donde las leyendas de aparecidos y de «entierros» son parte de la tradición oral.


Nombres como la Sayona, El Silbón, junto a las historias de Florentino y el Diablo, las Ánimas Benditas del Purgatorio o los entierros de morocotas y maravillosos tesoros son del dominio público en estos pueblos llaneros. Basta con preguntarle a alguna persona mayor sobre algún relato y tendremos cuentos como para no poder dormir o que nos harán despertar la imaginación y correr estos tesoros que según los abuelos de Barinas, los «días jueves y viernes a mediodía o a la medianoche, están a flor de tierra listos para que algún afortunado los encuentre. De querer encontrar uno de estos, se debe ir al lugar con una moneda de plata debajo de la lengua y agua bendita. Si logra vencer el espanto, sacará el entierro, pero no debe romper la múcura o abrir la bolsa de cuero de inmediato, ya que el óxido de los metales podría envenenarlo». Revista IPC Barinas.


Precisamente de Barinas y como parte de la programación del I Festival de Teatro penitenciario «Hugo Chávez», los privados de libertad del Internado Judicial de Barinas presentaron un trabajo colectivo basado en leyendas de este territorio y que con el nombre de «El muerto de tres matas» se presentó en el Teatro San Martín de Caracas.

La historia, está contada – como debe ser – por un anciano de esos que viven en todos los pueblos y que se conocen los relatos de susto, nos lleva a la casa de Zenón Rapia, quien le explica a su esposa – en secreto – que junto a su compadre está buscando un «entierro» de morocotas con lo que podrán salir de la pobreza.


La esposa – más desconfiada y con el sexto sentido de las féminas – le advierte a Zenón los peligros de estar despertando a los muertos para esas cosas, pero él no le hace caso y sale de noche a buscar al espanto que le diga dónde tiene enterrado el dinero.


Pero como dicen que todos los días nace un «tonto» y el que lo agarre es de él, Zenón y su compadre no saben que un “vivo” y su «compinche» quieren sacarle el dinero a los dos incautos, por lo que se le aparecen en el terreno donde supuestamente está el entierro y haciéndose pasar por el alma en pena convencen a Zenón de entregar una alta suma de dinero al cura para que ofrezca unas misas por el descanso del ánima y luego recibirá el lugar exacto para que desentierre el tesoro.


Zenón corre a su casa y luego de pasar la madrugada sin dormir se levanta temprano y vende todo lo que tenía, caballos, vacas, cochinos y con ese dinero se dirige al cura del pueblo, que es el «vivo» disfrazado de sacerdote y le entrega la suma pedida por el espanto y con eso cree haber conseguido la manera de salir de la pobreza.


IMG_0166 (Copiar)

Aunque la leyenda señala que Zenón perdió todo el dinero que había invertido en su anhelado proyecto de conseguir un «entierro», la versión teatral es un poco más benévola y salva de la ruina al creyente, gracias a la intervención de su esposa quien avisa a la policía y pone tras las rejas a los timadores.


IMG_0204 (Copiar)

Al final, nadie sale perdiendo, ya que el dinero del timo es devuelto a su propietario y Zenón olvida sus aventuras buscando lo que no se le ha perdido.


IMG_0108 (Copiar)

La propuesta escénica de este grupo de internos es sencilla, basada más en las actuaciones – que hay que reconocer lo hacen muy bien para no ser expertos en las artes escénicas – con pocos elementos de escenografía, pero donde se nota que hay un esfuerzo por interpretar la leyenda – que desconozco por qué le cambiaron el nombre a la historia – y eso lo agradecieron los espectadores con sus aplausos.


IMG_0223 (Copiar)

A diferencia de los otros dos montajes presentados en esta breve temporada, que como explicó David Villegas – director de Producción del Teatro San Martín – obedeció a que le «debíamos funciones porque, en aquella oportunidad, no pudieron terminar con los compromisos que se les habían establecido”, en esta oportunidad fue poco el público que asistió, imagino que por ser del estado Barinas, no habría en la capital muchos de sus familiares. Sin embargo, una vez concluida la función, los pocos parientes que estaban en la sala pudieron compartir un rato a solas con sus seres queridos.

El teatro nos hace ser libres, nos permite experimentar otras realidades y conocer más de nuestra esencia como seres humanos. En los recintos penitenciarios de Venezuela hacer teatro es una actividad de larga data y que ha dejado algunas experiencias interesantes en cuanto a propuestas y temas tratados, siempre buscando que hombres y mujeres que están pagando una deuda con la sociedad tengan una oportunidad de ser productivos una vez que salgas de los centros penitenciarios, por eso es importante que puedan contar con el apoyo de su núcleo familiar y asistan a estas actividades, ya que así sentirán que son apreciados y queridos, ayudándolos en su rehabilitación, o esa es mi Visión Particular.

Francisco Lizarazo

PD: Este es el tema «El Muerto de las tres Matas», del cantante Hipólito Arrieta


Comentarios


Envíame un mensaje y dime lo que piensas

¡Gracias por tu mensaje!

© 2024 Creado por VP Producciones 

bottom of page