Para algunos, los únicos que siempre dicen la verdad son los locos, los poetas y los niños…Pero habría que agregar a esta lista a los humoristas, seres que saben decir las más crudas verdades en medio de una sonrisa, como para que la bofetada de realidad sea menos dolorosa.
Luis Landriscina – humorista argentino – estuvo en un programa de televisión donde «inocentemente» preguntó a los «invitados (entre ellos algunos políticos), porqué se dice: “Honorable Cámara de Diputados”, “Honorable Cámara de Senadores”, “Honorable Concejo …”, “Honorable”… Nadie supo responder… Luego él acota: “Viene de ‘ad-honorem’, del latín, porque a la Patria no se le cobra, están allí trabajando por y para la Patria y el soberano, es decir, el pueblo…” La mesa enmudeció».
Con esto demostró que muchas veces los políticos que se jactan de saber más que los simples mortales en asuntos relativos a la política quedan en ridículo, de una manera muy decente, sin ofenderlos, por aquellos que supuestamente solo están para divertir.
El tema de la dictadura militar en Argentina no es un asunto para tomarlo a la ligera, ni reírse de él, pero sí es posible que desde la óptica y perspectiva del humor se pueda llevar un mensaje de reflexión y poner al descubierto puntos que aún hoy en día son desconocidos para muchos.
Aunque hace un tiempo se hizo una campaña para señalizar, al menos en Jujuy, algunos de los centros clandestinos de detención y desaparición de personas, todavía no están todos identificados y por eso, aprovechando un nuevo 24 de marzo, día del golpe de estado, y en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el grupo El Colectivo Teatro realizó la inauguración del Museo de la Memoria, una intervención artística frente al museo de la policía de la Provincia, que en algún momento fue también un centro clandestino de detención y tortura, pero que hasta hoy día no tenía una placa que recordara su siniestro pasado.
Ataviados como clown, diversos artistas de Jujuy, como Iván Santos, Fabiola Vilte, Jeremías Alancay, Noemí Nélida Salerno, Omar Lafuente, entre otros, se dieron cita para que los transeúntes conocieran o reconocieran el que fue uno de los lugares de tortura para que las generaciones presentes y futuras no olviden la historia reciente.
Primero hubo una intervención de la ministra de Educación, no la de verdad por supuesto, que estaba junto a una Hebe de Bonafini más joven pero que se quejaba del poco recurso económico invertido en este acto, mientras que cuando estaba el otro gobierno sí había dinero para las movilizaciones.
Como en todo acto público que se precie, no podía faltar la vendedora ambulante, que en este caso tenía píldoras para la memoria, porque la intención de esta actividad era precisamente que las personas no olviden lo que sucedió en Jujuy durante la dictadura militar.
Pero la intervención y develación de una placa de cartón, en la que participó el público – cortando la cinta y develando la placa, para luego hacer un pequeño recorrido a madera de «tour» – no solo pretendía recordarle a las personas lo que fue ese lugar, sino exigir que la Provincia continúe la política de señalización de los ex centros clandestinos de detención, un proyecto que impulsó en el 2003 el ejecutivo nacional con los Sitios de la Memoria.
Una fecha para recordar con amor
Si bien el 24 de marzo es un día que «exprime» los sentimientos de muchos argentinos, ahora – al menos en la comunidad teatral de Jujuy – será también una fecha para recordar y celebrar que hay nueva sala para el espectáculo escénico.
Con el nombre de Nélida Pizarro de Fidalgo fue bautizada la nueva sala del teatro El Pasillo y para ello, el 24 de marzo, se develó la placa alusiva con una programación que hasta invitados de Salta tuvo.
Rubén «chuña» Iriarte, motor de El Pasillo, no podía pasar bajo la mesa esta fecha y junto a Estela Fidalgo, hija de Nélida y de Andrés Fidalgo, organizó una velada para destacar el amor que sus padres sintieron por el teatro y en especial el aporte de Nélida al teatro de títeres.
Teniendo a una de las marionetas de «El Quitupí» como maestro de ceremonia y a los otros títeres como protagonistas en primera fila los asistentes a este emotivo acto oyeron de Estela algunas anécdotas sobre la relación de sus padres con el mundo del teatro, siempre brindando hospedaje a los artistas que visitaban Jujuy y cómo los domingos la casa se transformaba en encuentros entre Tarja y el grupo de títeres el Quitupí, mientras Nélida cocinaba bizcochuelos con el té.
Estela contó que su mamá siempre fue muy contestaria y relató la manera en sus padres fueron detenidos durante la dictadura y cómo Nélida defendió a sus títeres que también habían sido secuestrados por la policía y quiso recuperarlos, pero al parecer las autoridades la intimidaron de alguna manera que se debió separar de sus amigos inanimados, pero no por eso dejó el teatro de títeres y así nacieron estos nuevos personajes que desde el proscenio del escenario escuchaban cómo fue su origen, con la confección de Kiki Teruel, y vestuario de la propia Nélida de Fidalgo.
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Maria del Carmen Echenique invitó a los presentes con la siguiente propuesta ¿Qué tal si deliramos por un ratito? y haciendo suyas las palabras de Eduardo Galeano se preguntó ¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible? «El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones. En las calles los automóviles serán aplastados por los perros. La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por el ordenador, ni será comprada por el supermercado, ni será tampoco mirada por el televisor».
También estuvo Rodolfo Pacheco, quien leyó un extracto de Hamlet, obra que en la actualidad está en proceso de ensayo, con colaboración en la adaptación de Elena Bossi, quien aprovechó para leer un poema de Juan Gelman de su libro Interrupciones II.
Para cerrar esta velada, antes de develar la placa en honor a Nélida Pizarro de Fidalgo, el grupo La Faranda, provenientes de Salta, regaló una breve escena de su obra «De Fierro» basada en el «Martín Fierro» de José Hernández. La escena interpretada no podía ser más adecuada para el momento que se estaba recordando, pues es aquella donde los militares se reparten la carne del ganado. Como siempre los militares de mayor jerarquía toman la mejor y mayor porción y dejan a la tropa con los huesos o «puchero» para la sopa.
Una vez finalizada la actuación de La Faranda, los asistentes presenciaron, al compás de la música clásica, la develación de la placa, que estuvo a cargo de Rubén Iriarte y de Estela Fildalgo.
Pero la escogencia del día 24 de marzo como fecha para develar esta placa no es al azar, ya que es un homenaje al papel «que jugaron Andrés Fidalgo y Nélida Pizarro en la lucha por la memoria, verdad y justicia y, defensa de los derechos humanos desde las primeras denuncias de los detenidos-desaparecidos en Jujuy hasta el final de sus días», como lo menciona Mónica Yuste García en su artículo sobre Andrés Fidalgo, de su columna «TeatraLogando», donde recuerda que «en 2001 Fidalgo publica, 1966/1983. Violaciones a Derechos Humanos cometidas en el territorio de la provincia o contra personas a ella vinculadas. Aquí, Fidalgo expone que “verdad y justicia” es consigna de resistencia contra el terrorismo de Estado y, al mismo tiempo, la secuencia lógica necesaria para que estos crímenes sean demostrados ante un tribunal. Y, una vez más denuncia la destrucción de antecedentes referidos a la “guerra contra la subversión”, previos al advenimiento de la democracia. En relación a la figura del desaparecido, Andrés sostiene que: “Las personas no desaparecen. El empleo del término por parte de cualquier de los involucrados es encubridor, eufemístico o simplemente inexacto” y, que la denominación correcta es “desaparición forzada de personas”: considerado un delito continuado mientras no se establezca el destino o paradero de la víctima (Fidalgo, 2001)».
Ya sea que unos clown nos recuerden los sitios de detención y tortura o que se devele una placa para recordar el impulso dado al teatro de títeres, aún en condiciones políticas adversas lo cierto es que cada 24 de marzo se ratifican los motivos para defender la democracia, para luchar por la libertad y ¿acaso esa no es una de las tareas, de las metas del teatro? generar conciencia sobre una época porque como decía Vittorio Gassman «El teatro no se hace para cantar las cosas, sino para cambiarlas», o esa es mi Visión Particular y que la magia del teatro siga cayendo sobre todos nosotros, podemos ir en paz, sabiendo que algunos no permiten que la memoria sea efímera.
Francisco Lizarazo
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