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Jugando a ser otros logramos ser nosotros mismos

Y se me viene a la mente nombre de amigas… muchos nombres… más de lo que cualquiera de ustedes está acostumbrado… tantas de nosotras que no llega a los 40… Api, Mora, Yeni, Cristal, Pochola, Solsito, Claudia, Verónica, Gandhi, Shifer, Luna, Agustina, Josefina, Maria Pia, y tantas, tantas, tantas otras amigas que sumarlas y pensar en ello es realmente una crueldad y me provoca una angustia… que solo puede sacar mis ganas de luchar hasta el último de mis alientos.

Lourdes Ibarra

Lo que ella busca es usar el teatro como una herramienta para visibilizar una población caracterizada por la diversidad de género, y que el arte escénico sea parte del discurso dentro de la performance.


La he visto como actriz en distintos montajes de Jujuy y como este 2016 es un año de mucha capacitación actoral, cuando supe que daría un taller decidí que tenía que entrevistar a Lourdes Ibarra, una actriz transgénero, que de entrada menciona que «yo soy la primera actriz trans que se paró en el escenario del teatro Mitre. No ha habido otra. Ni siquiera recuerdo que Florencia de la V haya estado en ese teatro. Las veces que vino a Jujuy estuvo en el José Hernández  y eso habla un poco de lo hegemónico de ese espacio».

El taller que dictará es de iniciación teatral destinado a público general, aunque en la propuesta busca ir más allá de una capacitación de unos 4 meses, ya que como ella misma lo comentó: «mi propuesta está más orientada a acompañar a las que son drag queen, o ese tipo de actor performático que por ahí necesitan de esto, de conocer de luces» y así puedan montar su espectáculo, desde pensarlo hasta llevarlo a escena.

El multiespacio LaMar EnCoche será la sede donde Lourdes dictará el taller y siguiendo con la intención de a acompañar a los participantes, la mecánica de trabajo será en dos instancias de creación. La primera  para buscar un discurso que maneje  la diversidad, la denuncia de falta de políticas públicas en torno a la comunidad LGBT, siempre desde la poética del arte.

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La segunda vertiente de este taller es lograr el conocimiento de la persona y eso se hace desde el plano físico, conocerse como objeto de expresión. También se prevé trabajar sobre el espacio, la rutina y la puesta en escena.

Si bien este tipo de trabajo ya se había hecho en la Provincia, con el aporte de Charlee Espinosa, lo cierto es que el trabajo se suspendió y ahora la intención es  continuarlo y generar que en Jujuy se hable de este tema desde el escenario, no solo en el ámbito del cabaret o del show, sino con propuestas teatrales que sensibilicen a la población en general.

Lourdes ha tenido la posibilidad de hacer de todo en el teatro y eso la ayuda a transmitir mayores conocimientos, desde peinar, maquillar, sonido, diseñar una planta de luces y colocarlas.


Una de mis inquietudes cuando converso con un alguien del teatro jujeño sobre la capacitación, tiene que ver con la dramaturgia, el escribir solo uno, el otro,  nosotros, o todos y en este caso, la escritura va – como dijo Lourdes – “ligada a la construcción de la performance, más que un texto escrito para ser interpretado, lo que se busca es una dramaturgia corporal, pero también se probará para ver qué resultados se tienen de escribir textos para que sean interpretados dentro de sus espectáculos”.

No hay una cifra ni censo que diga exactamente cuántas transexuales hay en la Provincia de Jujuy, aunque se adelantan algunas investigaciones con la dirección de Paridad de Género y otras instituciones para hacer un censo. Pero según esta actriz las cifras que manejan extraoficialmente ubican a Jujuy con una población de 10 mil chicas trans y unas 3 mil que migran, lo que se puede decir un público amplio y que sería interesante atraer tanto como espectadores de teatro, como generadores de contenido escénico, más allá de los show en cabarets o en lugares de la noche.

Volviendo al tema del taller de actuación, el que se dé en La Mar EnCoche tiene también una intención porque muchas de las chicas trans trabajan a una cuadra del lugar y se les facilita la movilización, para que se acerquen e irles proponiendo cosas para hacer y que ellas también puedan proponer.

Con un universo de chicas trans en Jujuy ¿por qué no hay más actrices trans dedicadas al teatro?

La respuesta de Lourdes es que  aún en la Provincia existen prejuicios y en la actualidad son muy pocas las cosas que se han hecho, tal vez por falta de conocimiento o por no contar con papeles para este grupo que también pueden sentir la necesidad de subirse a un escenario y no saben cómo hacerlo, o porque sientan que la sociedad no está preparada.

«Hay que hacer un doble trabajo. Trabajar con la autoestima de nosotras y que el arte sirva para esto. A mí a desenvolverme me ayudó el teatro. Si tengo la posibilidad de desenvolverme en la vida cotidiana es gracias al teatro. Me ayudó a  afrontar la vida, en los malos ratos como en los buenos», señala ella, para resaltar la importancia del teatro, no solo como expresión artística, sino como  terapia para la autoayuda y el mejoramiento de nosotros como personas.  

Jugar a ser otra

Reconoce que dentro del universo trans está muy arraigado el hecho de jugar a ser otra, de jugar a hacer show. “En

nuestros cumpleaños, siempre hay una elección de reina, siempre hay un show, siempre hay un algo que hace alguna, porque quiere mostrarle al resto».

Así que el miedo escénico no hay en ellas, lo que todavía cuesta es mostrarse hacia afuera, al público, porque someterse a la posibilidad de la burla no es fácil, pero gracias al teatro uno “puede entender que esa burla puede transformarse de acuerdo a lo que uno quiere que el otro aprecie”.

Son pocas las propuestas teatrales que existen para las chicas trans, pero no es que no existan, basta recordar, como lo hace Lourdes, la trayectoria de Raúl Damonte, mejor conocido como Copi, un referente en cuanto a la dramaturgia teniendo a la mujer trans como protagonista de sus obras. “En sus obras se trabaja mucho sobre el concepto de lo femenino y los cuerpos transexuales, sin ser redundante en este juego de las femenidades”. «Me parece que eso murió con él ya no hay propuestas», por ello dejó de ir a “castings por la misma razón. ¿En qué contexto se me necesitaría como actriz? Y en la actualidad es muy poca la propuesta» y eso lamentablemente también deja a muchas fuera de la posibilidad de dedicarse al teatro.

Pero en el caso muy particular de ella, el último año le permitió protagonizar “Abrazando el cañaveral” obra escrita

por Patricia Alarcón y que trata el tema del amor que salva, pero que también condena. Ella dirigió este montaje que relata la historia real de un niño que fue salvado por quien creía su abuelo y llevado de Ledesma a Buenos Aires, para evitar que fuera otra víctima de la noche del apagón.

Lamentablemente, para salvar al niño, su vida se ve trastocada como varón y crece como una niña, lo que luego asume como condición natural en su forma de ser. Sin embargo, a ese niño se le violan sus derechos de identidad, ya que nunca se le preguntó cuál era su sentir y se le obligó a ser algo nuevo.

Este montaje significó para Lourdes Ibarra un gran logro personal al poder estar en el teatro Mitre, que se ha caracterizado por una estructura político social cerrada. «El que yo estuviera ahí en el marco de la noche del apagón, hablando sobre la historia trans, de una desaparecida trasn es como bastante significativo, porque se rompió un mito y eso me motiva  a que sean más las trans que puedan estar en un escenario”.

Personajes pensados en una identidad


Lourdes en la actualidad está trabajando en el montaje de «Nuestra señora de las nubes», de Arístiídes Vargas, donde interpreta  a Irma y a Ángela. La primera es una chica que no consigue novio y que termina casándose con su padre, mientras que la segunda es Ángela, la esposa del director de la orquesta del pueblo. No son personajes concebidos para que los haga una actriz mujer, de hecho esta es una obra para solo dos actores, pero la concepción de la directora, Fabiola Quintos, hizo posible que Lourdes participara en este montaje ya que ambos personajes tienen algo de trans. «Ella me dijo que salga lo que sea, no me importa si es trans o mujer, que sea una novia y el contexto es el justo». «Hay una sola frase que crea intriga porque ella en una parte le dice al padre, ya cansada de que el padre le siga insistiendo, ella le dice pero padre soy una mujer que… y él la corta, sin que pueda terminar de explicar qué tipo de mujer es.»     

En el caso del personaje de Ángela «esa soy un poco yo, es jugar a ser travesti». «Y allí ella me dijo que este tiene

que ser travesti» 

Pero además de estos personajes, a Lourdes se le vio en el 2015  en el espacio de LaMar EnCoche interpretando a la Pachamama que habla sobre el hecho de que de la Fe nacen todas las ideas y era una construcción basada en lo etéreo, que no tiene sexo sino que es energía, así que puede ser hombre, mujer, trans, porque la energía nos arropa a todos.

Lo que comenzó siendo una entrevista sobre el taller terminó siendo un recorrido por la vida actoral de Lourdes que siente que el teatro le ha permitido entender su feminidad de distintas maneras, porque pasar por distintos personajes le hizo comprender distintas maneras de concebir lo femenino, la sexualidad y eso le ha ayudado en su vida cotidiana, por lo que le agradece mucho al teatro por esa oportunidad de ser varias y eso es lo que ahora busca transmitir a otras chicas trans interesadas en tener una experiencia transformadora con el teatro, o por lo menos que las ayude a mejorar sus actos performánticos, porque solo jugando a ser otras mujeres se aprenderá a ser más lo que quieres ser, ya que la vida no de esas oportunidades que el teatro sí las ofrece.


Como siempre que entrevisto a alguien del mundo teatral jujeño, le pregunté a Lourdes sobre lo que hay que mejorar en la escena de la Provincia y ella me contestó que «las posibilidades» porque, por un lado hay pocas posibilidades para los grupos independientes, es un teatro ortodoxo, y que se pueda vivir del arte, porque son pocos los actores que pueden darse el lujo de vivir de esto.

Vivir del arte, jugar a ser otro/otra, usar el teatro para aceptarse y disfrutar de ello son conceptos que aún parecen lejanos en el teatro de Jujuy, pero para correr primero se debe gatear y eso es lo que están haciendo los creadores que sienten que desde el espacio teatral hay posibilidades  de aprender a ser mejores seres humanos y eso merece un reconocimiento, porque en la medida que aceptemos el teatro como forma de vida y se pueda ofrecer mayor variedad de espectáculos, quienes habitan en esta Provincia tendrán la capacidad de abrir sus mentes, soñar y – tal vez – ser otros, o esa es mi Visión Particular.

Francisco Lizarazo

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