La Creación colectiva vista por Paco Giménez
- VP Producciones
- 17 may 2017
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Él se interesa en la investigación de nuevas formas y lenguajes escénicos, tanto en la propuesta dramática como en la producción de los espectáculos. Nació en Córdoba y vivió años en México lo que le da un panorama general sobre el mundo teatral contemporáneo. Es Francisco Daniel Giménez, pero se le conoce más por Paco y estuvo en Jujuy, dictando un taller.
Como parte de las actividades que viene desarrollando El Colectivo Teatro en la Provincia, Giménez dictó, en la Hilandería Teatro, el «Seminario de formación en Artes Escénicas», que buscaba generar en los participantes la responsabilidad de experimentar, siempre innovando en el lenguaje escénico, buscando que el actor explore y muestre aquello que no sabía que podía hacer.

Al igual que otros realizadores que han estado en la Provincia, Paco Giménez apuesta por la «creación colectiva», y es que él viene de la época en que en Córdoba el teatro que se hacía obedecía a las movidas políticas y sociales, buscando las reivindicaciones del pobre o del obrero, del que tiene menos. Esta tendencia tiene su origen con María Escudero, por el año 1969, quien es figura fundamental en la historia de la escena cordobesa y le puso el nombre de Paco.
En este taller, los participantes debieron mostrar estados de ánimo para la creación individual de sus personajes, partiendo de datos conocidos para ellos como edad, nombre, lugar de trabajo y a partir de ahi crear situaciones que pasaran por el llanto, la risa, la ira, el enojo.
En un momento de descanso aprovecho para conversar con el director teatral sobre la creación colectiva de los años 60, cuando él comenzó y la que se hace ahora.
«Aquella tenía que ver con una propuesta ideológica y política, porque eran tiempos muy convulsionados, mientras que en esta época son más los intereses personales, les interesa que se muestre parte de la realidad y que esa realidad atraviese las fantasías personales»
Recuerda que en sus inicios la creación colectiva no admitía un director, sino que todos tenían que estar de acuerdo en la gestión escénica y en la dirección que apuntaba el espectáculo. Hoy en día «cada uno tiene su orientación, su desidia o su iniciativa y hace que los montajes requieren de alguien que se ponga al frente y diseñe, para inscribirlos en un universo que es el espectáculo que luego va a ver el público.
Sobre su método de trabajo en los talleres me explicó que generalmente él propone un tema que lo saca de lo que percibe de cada grupo, según las improvisaciones y él va llevando el proceso creativo a ese lado, que varía con cada grupo.
De los recursos que usa para sacar lo mejor de sus actores menciona la utilización del simulacro, porque «la actuación y el teatro no es una cosa ajena. Primero vivimos y como vivimos luego se fue armando este arte, con intereses reales en la vida y con intereses ficticios en el teatro».
¿Cómo llevar esa dualidad a la escena?
«Ellos (los actores) hacen una entrega. Los actores que yo tengo obviamente y evidentemente se ponen en mis manos y así ha sido siempre desde hace 32 años del grupo La Cochera, lo que demuestra una confianza absoluta, al menos hasta ahora y esa confianza viene de que yo capto bien lo que está escondido detrás de sus entregas».
¿Es el director un poco un psicólogo de su grupo?
«Yo soy compinche, hermano, padre, madre, de todo soy». Sin embargo, aclara que él se involucra con sus actores durante el rato que está con ellos. «Ellos ni me buscan, ni yo me meto en ellos» «No somos de visitarnos, ellos respetan mi lugar, mi tiempo, la necesidad también de tener aire»
En sus espectáculos busca que el público vea el punto de vista de lo que representan los actores y lo que a él le interesa transmitir. «Algunas veces he tenido simpatía, conexión con el público y otras veces los espectáculos pueden ser un tanto herméticos y el público no alcanza a adivinar qué pretendíamos».
¿Hay temas más fáciles para él público? ¿Fórmulas para agradar a los espectadores?
«Me parece que al teatro independiente eso no le corresponde, más bien siempre está investigando, indagando y se equivoca, prueba, vuelve a erra, pero siempre hay que experimentar, que es algo que nosotros podemos hacer y que a lo mejor el teatro comercial le resultaría muy caro, muy arriesgado y el teatro oficial tampoco, porque hay un público que no quiere ser defraudado, tocan temas clásicos».
¿De la experiencia de vivir en México que quedó?
«Viví 7 años en México y he visto muchas cosas que no podría haber visto si hubiera estado en Argentina durante el proceso militar. Tuve esa suerte, y además soy muy absorbente. Como no tengo cultura teatral, porque en esa época la carrera de la Licenciatura en Teatro fue muy atravesada por todo esto político que cuento y había más asambleas que clases. No me quedaba otra que tomar de todos lados, asociar, inventar y proponer».
¿Aunque llevas pocas horas en Jujuy en este taller qué has visto de los participantes?
«Veo interés, que eso tendrá que ver también por la manera en que me he presentado a ellos, como accioné y eso también me pasó en Tucumán, con gente muy dispuesta».
Y como sucede cuando uno conversa con algún director teatral que viene a Jujuy a dar una clase, el tiempo de receso pasó volando y los organizadores llamaron al orden para proseguir con el taller.
El 2017 sigue siendo un año de capacitación, instrucción y perfeccionamiento, no solo desde planificaciones del INT, o de iniciativas personales, sino que otros grupos – como en este caso El Colectivo Teatro – están buscando la manera de interactuar con referentes del NOA e incluso de otras partes, no solo Buenos Aires, porque para crecer hay que abrir las alas y traer lo mejor que cada región de Argentina pueda ofrecer en materia de enseñanza escénico, con eso Jujuy estará creciendo y también podrá llevar su talento y capacidades para formar a otros, o esa es mi Visión Particular.
Francisco Lizarazo
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