Afuera de la sala teatral está un mago haciendo sus trucos, que no siempre le salen bien, pero hay uno que no había visto antes y que siento la necesidad de contar.
El mago Ramírez reparte 4 cartas de la baraja española entre todos los que asisten a su acto. La intención es descubrir si estamos con la pareja indicada, así que luego de recibir nuestras cartas debemos romperlas por la mitad. Una mitad la colocamos en la mano derecha y la otra parte en la izquierda. De alguna de las dos mitades guardamos en un bolsillo una parte de la baraja.
A continuación, el mago nos pide ir descartando las cartas que están en nuestras manos, para ello hacemos como si deshojáramos margaritas y al canto de «me quiere, no me quiere» las lanzamos a lo lejos. Al final nos quedará una carta y si el truco sucede – cosa que según él casi nunca pasa – si en la mano tenemos la misma mitad que la que guardamos es que estamos con la pareja indicada. En caso contrario, disfrutemos igual de la persona que está con nosotros.
¿Saben qué? solamente a dos personas les coincidieron las cartas, y yo fui una de ellas… Así que sé que estoy con la pareja indicada… ¿Verdad Zu?
Pero volviendo al acto del mago, una vez finalizada la función, se abrió la sala para entrar al velorio y festejo de cumpleaños (coincidentemente) de Nelson Chauqui, un artista ventrílocuo jujeño y su muñeco Achilata.
Al entrar éramos recibidos por la que fuera su asistente Gloria – y dicen que amante – quien entre llantos nos entregaba un pequeño presente. Adentro estaba el asistente personal del difunto, Delfor, quien muy preocupado daba vueltas por el escenario. ¿El motivo? El cura o sacerdote para oficiar el acto no está, así que hay que buscar alguien que sirva para este fin.
¿Adivinan quién es el elegido? Si, él mismo, el mago Ramírez que no solo es ilusionista, sino también animador de fiestas, sacerdote por necesidad y otros largos etcétera que el aclara antes de aceptar el encargo de los deudos del ventrílocuo y – claro está – acordar sus honorarios, nada bajos, por la actuación.
Alternando trucos de magia con la lectura de pasajes bíblicos iremos conociendo más de la relación de Gloria y Delfor con su patrón, para descubrir al final, como en la película Rashomon, la verdadera causa del fallecimiento del artista.
Pero no piensen que esta es una tragedia o un drama de esos que ponen a llorar al más seco y agrio, nada de eso pasa en «Sin fe no hay magia» obra de teatro de Carlos Alberto Ramírez – el mago Ramírez- que formó parte de las piezas en selección de la recién finalizada 31 Fiesta Provincial del Teatro que se desarrolló en la provincia de Jujuy, Argentina.
Con la producción de la Compañía de Charlie Macagno y la dirección de Carlota Campero Quintana, los actores Iván Santos Vega, Marcela Cura y Carlos Alberto Ramírez nos hacen pasar un rato entretenido mezclando humor, magia, doble sentido, generando mucha gracia y diversión en el público que acude a ver esta función, que hay tenido una pequeña temporada en la sala Galán, del Teatro Mitre.
Un espectáculo que mezcla una trama interesante, humor y magia es lo que nos ofrece este grupo, por lo que no está demás recomendarles la obra y que puedan asistir donde quiera que ellos se presenten, porque de seguro pasarán un buen momento, o esa es mi Visión Particular.
Francisco Lizarazo
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