Recientemente el dramaturgo venezolano Pablo García Gamez anunciaba que la obra Oasis Pub, que escribió – junto al también dramaturgo venezolano Elio Palencia – iba a ser montada en la sala Eduardo Moreno, de la escuela de teatro Ramón Zapata, Venezuela. Este anuncio me llenó de recuerdos porque por allá a finales de los 80, me tocó, junto a otro grupo de jóvenes teatreros, iluminar el espectáculo donde esta obra formaba parte y que se desarrollaba en un edificio abandonado de dos pisos.
Comenzar a iluminar un edificio que no tenía nada de electricidad y que debía responder a cada una de las necesidades de las distintas piezas que se presentarían en los distintos pisos, además del patio que debimos cercar, representó un trabajo mancomunado entre los distintos departamentos de la producción, que se llamaba City Tour en Noche de Estrellas, obra que – junto a otras piezas teatrales – dio inicio al Festival de Nuevos Directores en Caracas, Venezuela.
Todo este relato anecdótico, que incluye ensayos y errores para crear luminarias que funcionaran en estos espacios «íntimos» – viene al caso porque además del recuerdo de la obra, en Jujuy un miembro de la comunidad teatral me decía que con la programación de espectáculos que están contemplados para presentarse en la provincia, no hay suficientes técnicos que atiendan la demanda en cuanto a personal.
En medio de la creciente capacitación que se está experimentando en el medio teatral jujeño, donde abundan los talleres para dramaturgos y actores, El Colectivo Teatro dentro de su proyecto “Inseminaciones/Diseminaciones” – del que espero poder escribir en próximos artículos – presentó el taller “La iluminación en la creación escénica”, en cogestión con Ulmus Gestión Cultural de Tucumán y Buenos Aires, que estuvo a cargo de Valeria Junquera.
Coordinadora y creadora de proyectos artísticos, diseñadora y especialista en Iluminación, directora técnica y gestora cultural, Junquera estuvo en Jujuy para plantear como tema de discusión la importancia de la iluminación en el teatro.
Reconozco que por problemas de agenda no pude asistir al taller, que se realizó en el teatro El Pasillo y que realmente me interesaba, pero por las fotografías y el número de participantes se ve que en la Provincia hay un marcado interés por aprender a utilizar expresivamente la luz en una propuesta teatral. No solo por parte de actores y directores, sino también de técnicos de iluminación – que son pocos en Jujuy – y técnicos de otras especialidades artísticas pero que les interesa el proceso de la iluminación.
Además del taller, El Colectivo Teatro organizó una charla de Valeria Junquera en la escuela de teatro Tito Guerra para dar detalles de la experiencia de ella como docente en la Provincia, así como los resultados y experiencias del taller.
Lo primero que ella destacó que es que lamentablemente en el teatro la iluminación está al final – o casi – de la lista de prioridades de la producción. En primer lugar está el trabajo de la dramaturgia, la selección de los actores, la puesta en escena, la escenografía, vestuario, música, dejando para lo último la iluminación, considerada algunas veces como un simple aditamento para que el público pueda ver la escena.
Pero para Junquera, y eso es lo que recalca en su taller, hay que aprender la parte expresiva de la luz, y eso debe entenderse desde el comienzo de la creación artística.
Considera que el iluminador debería estar con los actores y el director desde el inicio del trabajo, aunque no dejó de reconocer que a veces existen impedimentos de tipo económicos o logísticos que impiden contar con la iluminación de la obra en todas sus fases de producción.
La iluminación no debe ser un elemento estático sino que puede ser parte del discurso estético y debe estar en las acciones de los actores, llegando incluso a permitir a los intérpretes manipular dispositivos de iluminación.
Indicó que a su juicio el diseñador de iluminación debe tener una intervención esencialmente estética en un espectáculo, apoyar en la continuidad narrativa de la obra, ser capaz de elegir los medios para resolver las propuestas, pensar que cada obra es un laboratorio de investigación, entre otros aspectos.
En este encuentro con los estudiantes de la Tito Guerra y utilizando material audiovisual, Junquera contó que taller tuvo una parte práctica y una parte teórica. La fase teórica incluyó el análisis y reflexión sobre las propiedades expresivas de la luz y sobre su potencial para la creación escénica, estudiando las variables formales, fenómenos físicos e interrelación de la luz con los materiales y los cuerpos para su transformación, mientras que la fase práctica estuvo referida a la creación de pequeñas escenas por grupo de trabajo, buscando ponerse en el lugar de un iluminador teatral.
Para hacer más didáctica su charla, apeló a los trabajos suyos en distintos proyectos teatrales, principalmente en espacios no convencionales, donde la luz cobra una fuerza expresiva más allá de la simple iluminación de una escena para que se pueda ver. Además de los trabajos donde ha participado, la charla incluyó planteamientos sobre cómo empezar a pensar en la luz desde el principio de la creación de una obra, o ¿cómo materializar las ideas sobre el espacio y la luz en la puesta en escena?
Dijo que la iluminación siempre ha tenido que ver con la manera mirar y que eso varía de acuerdo a los tiempos, lo que influye en el ritmo de las obras, de las escenas, porque en la actualidad hay menos atención, lo que también se traduce a los espectáculos para evitar que el público se aburra.
Ante esta realidad, el diseño de la iluminación de una obra juega un papel importante, no solo para crear la atmosfera de la pieza, sino mantener la atención y percepción del espectador.
Este taller, como se vio en las fotografías mostradas del desarrollo del curso, permitió a los participantes conocer sobre herramientas, tecnología, fuentes de iluminación, color y diseño de proyectos.
La iluminación teatral debe verse como un elemento enriquecedor en cualquier espectáculo, y como espectadores debemos ser capaces de entender que una buena y creativa iluminación desarrolla el potencial de una obra, así que esperemos que quienes hayan asistido al taller o que lean sobre los efectos de la iluminación tengan mayores conocimientos y herramientas para juzgar una obra de teatro, o esa es mi Visión Particular.
Francisco Lizarazo
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