Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición
da lo mismo que sea cura
colchonero rey de bastos
caradura o polizón
Cambalache (Tango)
¿Qué es lo que realmente representaba la manzana en la historia de Adán y Eva? Yo creo que la fruta prohibida es la representación de uno de los pecados capitales: La Avaricia. Queremos tener – a cualquier costo – aquello que no podemos, o que otro tiene.
Este no es un escrito sobre teología, ni sobre la creación, es – como mucho de lo que hago – sobre teatro, así que vayamos al grano.
Un hombre llega a su casa habiendo realizado la buena acción del día: salvar a un sujeto que quería suicidarse, lanzándose de un puente. Así que el buen samaritano lo lleva a su casa y junto a su esposa (llamada Alicia) lo revisan para determinar quién es y buscar una solución ante el dilema de tener a un desmayado en la casa sin saber qué hacer con él.
Pero he aquí – que bonito suena eso – que entra el factor de la avaricia, pues el pobre suicida lleva entre sus pertenencias un boleto de lotería y eso despierta la curiosidad de ella, recordemos que esa misma curiosidad fue lo que llevó a Eva a comer de la famosa manzana – lo que Alicia descubre será el inicio de una serie de situaciones desafortunadas, con mucho humor, porque el boleto está premiado… y de qué manera.
Esta es la síntesis argumental de Bon Your Tailandia, una obra de teatro de Omar Leopardo que desde Güemes llegó a Jujuy, al Teatro Estación Perico para – entre otras cosas – poner a prueba la honorabilidad de los seres humanos cuando la tentación es el dinero.
Ojo… que uno pudiera de entrada decir que nada va a generar un dilema moral en nosotros, pero si el boleto premiado es de la modalidad “Revancha” y eso significa que se es poseedor de 30.000.000 de pesos argentinos, más de uno sentirá que sus valores se mueven como si se tratara de un terremoto interno. No olvidemos aquella cita de Groucho Marx: Tengo mis principios, pero si no les gustan tengo otros.
Este matrimonio, interpretado por Eleonora Garrafa y Mario Brizuela, no está solo en esta loca aventura por apropiarse de algo que no es de ellos sin que su legítimo dueño no se entere (el suicida que lo interpreta Luis Cuevas), también está Claudia – la mejor amiga de Alicia – en la piel de Marisol Torrecillas, quien pese a ser la hija de un destacado e incorruptible policía, que debería haber inculcado valores morales a su hija, accede a ser cómplice y hasta lleva en varios momentos la «voz cantante» en el plan de avaricia.
Pero como si todo esto fuera poco también aparece una inspectora de la policía, Marcela Domínguez – quien además dirige este montaje – y un sencillo empleado del servicio de atención al cliente de una empresa de automóviles, José Luis Villagra, que igualmente sucumbirán a la tentación de quedarse con la «revancha» generando situaciones graciosas, con mucho humor en sus diálogos y acciones, sexo incluido, para terminar con un final al estilo de la película Ocean’s Eleven (la original de 1960).
Cerca de dos horas tiene el público para apoyar a estos avariciosos o para ponerse en contra de ellos, pero lo cierto es que el público se divierte con esta comedia de enredos, que recuerda por su estética y dirección a las películas de los año 50 que protagonizaban Doris Day y Cary Grant, Rock Hudson o con Jack Lemmon, donde la sala de la casa es el escenario principal en la que transcurren las divertidas acciones.
Como en las comedias de su tipo, nadie sale realmente perjudicado, y en este caso el amor da paso a la avaricia, aunque al final no son los protagonistas los que cumplirán su sueño anhelado de decir Bon Your Tailandia, sino por el contrario tendrán que conformarse con un bye bye para continuar con sus vidas, mientras reciben la ovación de los aplausos que se extienden al resto del elenco, por el buen momento que han hecho pasar a los espectadores.
Ver esta obra de teatro es ratificar algunas de las famosas leyes de Murphy como la que señala que «No hay límite a lo mal que pueden salir las cosas», por eso es mejor dejar que la vida nos dé lo mejor y no estar buscando ser parte del tango Cambalache que critica que en el siglo XX «Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura, o está fuera de la ley..» o esa es mi Visión Particular.
Francisco Lizarazo
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