La hipertextualidad como una nueva aplicación de la escritura ciberperiodística… El Periodismo de datos y periodismo digital… El mundo que se viene… El uso de los smartphones en el periodismo… Todos estos aspectos conforman parte de la preocupación de no pocos periodistas que ven que día a día el oficio se vuelve más técnico y lleno de artilugios y avances que no se tenían – ni se conocían – en los tiempos universitarios.
En la entrevista que Crónica Z le hace a Christian Espinosa, periodista ecuatoriano que coordinó un taller en donde
comunicadores del diario El Mercurio obtuvieron herramientas para realizar una cobertura utilizando una tablet, mencionó que luego que el medio adquirió tablets, los periodistas acostumbrados a trabajar para la redacción en papel no estaban sacando el provecho necesario al aparato digital, por lo que se decidió «hacer un curso en la redacción de aplicaciones imprescindibles para periodistas en tablets y otro de cobertura real in situ de un día normal de reportería apoyado en tablets con 3G».
Al explicar la manera en que se realizó la capacitación, menciona algo importante y que no siempre se da en los talleres y seminarios: «Primero se hizo capacitación previa a editores de sección», ya por ahí se puede decir que es un logro porque en muchas de nuestra redacciones sucede que los jefes nunca van a las capacitaciones y al no saber lo que se aprendió, poco o nulo servicio le hacen a sus periodistas ya que no se siente comprometidos con el tema del aprendizaje.
Además de indicar las aplicaciones usadas, y el manejo de la información obtenida durante las coberturas de los periodistas con las tablets, dijo que la conclusión fue que hubo una «integración de periodistas tradicionales de fuentes duras al día a día digital en tiempo real como parte natural de su trabajo», que «es clave que el periodista que reportea con el móvil no esté aislado del proceso de generación de noticias del medio» o que «se planifique la cobertura móvil fuerte del día con apoyo de los editores generales en las reuniones de agenda temáticas del día». Así mismo, expresó que «los editores jefes de secciones y deben tener su propia capacitación en sus tablets ya que se ve una oportunidad de nueva integración de mandos altos en el terreno digital ya no como meros observadores sino como aportantes activos que hacen uso de las nuevas narrativas».
En este mundo cambiante, es normal que nos preocupemos de los que se llaman los nuevos medios por ello, Andrea Varela en «¿qué es nuevo medios?» hace un recorrido histórico – más que periodístico – por algunos inventos, comenzando por la fotografía, y el cine para hablar del impacto que han tenido los «viejos» medios frente a los «nuevos», resaltando que la influencia de estos nuevos dispositivos, dependientes de la tecnología digital es mucho mayor, por la inmediatez y el rango de cobertura.
Pero si somos sinceros, los nuevos medios siempre han estado entre nosotros, porque primero fue la fotografía, que captaba para la posteridad un momento irrepetible. Luego vino el cine que maravilló a la colectividad que no comprendía cómo las imágenes cobraban vida. Llegó entonces el sonido y en el cine, los actores hablaban y después fue la radio, que la escuchaban en las casas para enterarse y distraerse. El tiempo trajo la televisión – con sus males y ventajas – para tener un mayor acceso – con imágenes incluidas – del entretenimiento y las noticias
Y ahora en el siglo 21, la computadora ya no es «sólo una Máquina Analítica, apropiada únicamente para tragar números, la computadora devino en el telar de Jacquard – un sintetizador y manipulador de medios», como menciona Varela, porque ahora es una herramienta indispensable para el trabajo diario de los periodistas.
Hasta aquí todo está bien y nadie pone en duda que los periodistas, principalmente los migrantes digitales,
requieren conocer y hacer propio el uso de los nuevos equipos, como el smarthope o la hipertextualdad que permite la colocación de vínculos en los textos para medios digitales, pero hay que también detenerse y hacer la siguiente reflexión: ¿Se es mejor periodista por dominar la tecnología?
Basta ver el video del Hangout No.8: Periodismo móvil: cuándo, para qué, cómo y con qué herramientas, cuando el presentador habla de la mala señal o conexión existente en la transmisión de ese encuentro entre comunicadores, lo que genera ruido en el mensaje que se quiere dar. Recuerdo que en una ocasión, mientras cubríamos una pauta, un periodista, de los nativos digitales, tuvo problemas con su celular, un smartphone y no conseguía tener buena señal para hacer una transmisión en vivo, mientras que yo con un celular normal pude enviar el audio de la conferencia a la radio sin mayores dificultades, mientras que el colega no solo no sabía qué hacer para enviar la información sino que no sabía cómo resolver su situación.
Por otra parte, se hace mucha apología a la inmediatez de la información con el uso de los dispositivos móviles y nuevamente habría que preguntarse: ¿Es mejor ser inmediato o preciso? Aquí pondría el caso registrado en Jujuy se lanzó por twitter que en esta provincia estaban los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci, quienes en esos días estaban siendo perseguidos luego de su fuga de la cárcel. Había todo un operativo policial tras ellos y claro que ellos no estaban en Jujuy, pero hasta Buenos Aires llegó el tuit – nunca confirmado – y lo repitieron como loros, sin importarles que los canales de televisión tenían un amplio despliegue en vivo en la zona de Santa Fe, donde finalmente fueron apresados.
No es un secreto que el periodismo como profesión u oficio debe estar actualizándose continuamente, pero a veces pareciera que la intención es la modernización tecnológica está dejando de lado un aspecto quizás más importante: el saber redactar, el saber contar la historia y cómo llegarle al otro, no pensando en el corto plazo, sino ofreciendo todas las aristas de un tema.
Uno puede entender que hay situaciones que requieren de ser informadas de una manera inmediata, un incendio, un accidente, un asalto, un secuestro, una decisión política o económica de impacto inmediato pero eso no debe estar en contraposición con el trabajo de un periodista y la profundidad de su labor.
Comúnmente vemos, mejor dicho, a diario nos topamos con la misma información en internet, y para ejemplificar eso basta con colocar un tema en Google para ver la cantidad de páginas que repiten la misma información, sin aportar nada nuevo y más de una vez cuesta mucho conseguir un dato adicional.
No debemos renegar de la tecnología, del uso de la hipertextualidad como una nueva aplicación de la escritura ciberperiodística, ni del periodismo de datos o del periodismo digital, ni preocuparnos tanto del mundo que se viene con el uso de los smartphones en el periodismo, creo que como dice Mafalda: paren el mundo que me quiero bajar, porque el periodismo no es tanta tecnología, es más corazón, más investigación y más utilidad en lo que hacemos para quienes lo hacemos, porque si es puro adelanto científico, razón tendrán quienes ven con buenos ojos que «los robots redactores permiten publicar de manera rápida un gran volumen de textos y así consigues aumentar la audiencia de tu sitio en Internet y posicionar mejor tu web en los buscadores», según ha explicado a Efe Helena Blancafort, una de las fundadoras de Syllabs, la empresa francesa que ofrece este tipo de servicios” y que ya AP utiliza para «publicar piezas con datos de resultados económicos de empresas y con el que AP calcula que pasará a publicar 4.400 historias de este tipo por trimestre, en lugar de las 300 que publica ahora».
La decisión sobre el uso de la tecnología en el manejo del periodismo debe ser analizado con cuidado, no debemos estar en contra de ella, pero tampoco queremos estar esclavizados a una tecnología que está de moda y por eso hay que usarla, olvidando que el trabajo de un periodista no debe medirse por ser multitask (que puede hacer varias tareas, generalmente por el mismo sueldo) sino por el impacto de lo que hace dentro de la comunidad, porque de lo contrario es como pensar que una mujer lo es únicamente por el volumen de sus senos y eso de sin tetas no hay paraíso hay que dejarlo para la ficción, porque la realidad es que una mujer y un periodista son más que simples seres con accesorios.
Francisco Lizarazo
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