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Un esqueleto para la construcción escénica pero sin fórmulas mágicas


Si bien existen recetas para hacer cosas, como en el caso de la gastronomía, con relación al teatro hay que decir que no existen atajos ni caminos fáciles, así quienes buscan una fórmula, como quien quiere hacer una torta, está en la profesión errada.

«Lo importante no es tanto buscar respuestas, sino las preguntas, porque para mí la pregunta es fundamental, el resignificar las preguntas y cómo podemos construir las preguntas contemporáneas, ¿qué es lo que nos está atravesando?»

Estas líneas resumirían lo que el dramaturgo y director catamarqueño Alberto Moreno manejó como premisa del taller “Hacia la construcción de dispositivos escénicos” que formó parte del Ciclo de Formación en Dramaturgia, que organiza el Instituto Nacional del Teatro Jujuy y que se dictó en la Hilandería Teatro, espacio perteneciente al profesorado en Teatro de la Provincia.

Alberto Moreno nació en Andalgalá, provincia de Catamarca. Es dramaturgo, director y docente.  Es licenciado en Teatro por la Universidad Nacional de Córdoba y Profesor en Letras.  Actualmente realiza su tesis de doctorado en Ciencias Humanas  sobre los desplazamientos en la literatura argentina contemporánea. Se formó, en el ámbito teatral, con José Sanchís Sinisterra, Marco Antonio de la Parra, Sergí Belbel, Paco Gimenez, José Luis Valenzuela, entre otros.  Realizó estudios en España y Colombia y expuso y dio seminarios y conferencias en distintas universidades nacionales y extranjeras.   .

Antes de iniciar el encuentro con los participantes del taller, el dramaturgo me concedió un tiempo para conversar

sobre sus ideas sobre el teatro y el objetivo d este seminario que no era otro que “centrar la atención en el análisis y la reflexión crítica para crear dispositivos dramatúrgicos que puedan ser el esqueleto de propuestas teatrales».

Quise indagar  más sobre esta propuesta de la construcción de dispositivos escénicos y aunque varias veces insistí en el tema, fue más bien evasivo, sin dar respuestas concretas, será porque los magos solo revelan sus secretos ante el público especial,  porque como lo mencionaba siempre, no hay fórmulas y todo debe hacerse  desde la construcción de políticas locales «pero no en el sentido regionalista o de reproducir parte de la tradición, sino lo que nos atraviesa constantemente».

Recurriendo a la memoria expresó que una vez, en una entrevista, comentó que «los problemas de los afectos, de las políticas comunicacionales son tan complejas en Nueva York como en Jujuy o en Catamarca» y eso debe ayudar a cada uno a generar sus propias estrategias de creación.

Algunos autores dicen que ya todo está hecho y que ahora hay que modificarlo ¿será así?  

«Si, los temas universales están y todo el arte se puede reducir a una dupla vida/muerte, lo que varía es el punto de vista y ese punto de vista es formal. En todo caso, lo que yo estoy planteando  es que el aspecto ideológico, el aspecto político de uno como artista está dado por la forma, sin separar forma/contenido».

¿Cómo plantear estas formas para la creación teatral?

«Yo trabajo con procedimientos técnicos y esto lo logré sacar a partir de una entrevista que le hace a Marguerite Duras a Francis Beacon donde dice que lo “primero que hace es tirar una mancha contra la pared y a partir de esa mancha comienza como a descubrir que es lo que hay en esa mancha y eso lo hace a través de la  imaginación técnica».

A partir de esta idea de Bacon, Moreno desarrolla sus mecanismos ayudados por procedimientos técnicos que «se vinculan básicamente con entender que tiene  que buscar o generar una necesidad, y que esta genere una necesidad en el otro».


Sobre lo que necesita transmitir en teatro en la actualidad, Moreno dijo que considera que debe recuperar su dimensión política, que se traduce en interpelar al espectador para que le pase algo en el sentido emocional y en el sentido reflexivo, para que el teatro no sea únicamente un espectáculo, sino que tenga realmente la fuerza del arte.

Como muchos otros dramaturgos – que son también directores – el tema de la puesta en escena y el mensaje de la obra es un solo asunto, porque «en el momento en que yo decido hacer una obra en un espacio no convencional, esa elección ya es un mensaje» Asegura que la forma no debe estar separado del mensaje.

Algo que siempre quiero saber de quienes vienen de otras provincias o países a dar talleres y seminarios en Jujuy es cómo ven el teatro que se hace en sus lugares de origen y el que se hace aquí, para conocer qué estamos haciendo bien y qué otras oportunidades tenemos de mejorar en cuanto a la realización teatral regional.

Moreno dijo que Catamarca y en Jujuy viven contextos atravesados por «una serie de problemáticas que son bastante similares en todo el NOA que tiene que ver con temas estructurales para poder trabajar» Dijo que un tema  a tratar es la falta de originalidad porque se nota que hay muchas producciones que buscan imitar modelos teatrales de los centros fuertes y considera que la periferia es clave para el desarrollo del arte, no solo en el NOA sino pensando en un contexto más amplio.

Aunque es difícil valorar el teatro que se hace en una zona, porque entraríamos en un campo más que subjetivo, sí

le pregunté al dramaturgo y director qué pensaba sobre lo que deberíamos mejorar o cambiar en la forma de hacer teatro en nuestras provincias, a lo que sin querer emitir juicios sobre lo bueno y lo malo dijo que «es importante que se haga teatro, que se produzca y que se pueda experimentar en distintas líneas y es fundamental la continuidad».

En este punto coincidimos al pensar que una obra mientras mayores presentaciones tiene mejor será su crecimiento porque lo hará también tomando en cuenta la perspectiva del público, que siempre aporta desde las butacas y permite que un espectáculo puede corregirse – cuando hace falta – algún ritmo de la obra, parlamentos o acciones, para ajustarse al público.

Retomando la actividad del taller, donde su propuesta giró en torno a la creación de lo que llamó «esqueletos» para luego irlos rellenando con la propuesta de cada participante, mencionó algo que le sucede a muchos docentes y es que el dar una clase él siente que es una manera de aprender uno a mejorar su técnica para dictarla, así salen favorecidos ambas partes, porque la instrucción es recíproca y se comparte porque en la pregunta del otro, su opinión,  lo obliga al facilitador a repensar los propios temas que se están explicando.

¿Es la dramaturgia una lectura para leer?

«Por un lado es un género complejo, marginal para la literatura. En una feria del libro  hay muy pocos dramaturgos  – por ejemplo – Pero a mi interesa también que el teatro tenga como cierta independencia en el texto escrito. Que después cada uno haga lo que quiera con ese texto,  que pueda sostenerse solo».


Sobre el tema de los dramaturgos/directores – algo que siempre me gusta preguntar – Alberto Moreno dijo que aunque muchas de sus obras son dirigidas por él, hay textos que están publicados y que él no va a dirigir, pero que gracias a publicación de una obra existe también la posibilidad de encontrar un director interesado en llevar a la escena ese texto.

Por otra parte, reconoce que es sorpresivo ver textos suyos producidos por otros grupos y descubrir cosas que nunca se le hubieran ocurrido a él y en eso reside la magia del teatro, en la posibilidad de «construir sentido a partir de la materia que uno da».

Son varios los talleres y seminarios dados en Jujuy donde la premisa de que la dramaturgia es una tarea de todos, porque tanto el dramaturgo como el actor, y quienes intervienen en la puesta, crean un lenguaje y una propuesta que hace que todos sean parte de la “escritura” de la obra, no como sucede en la literatura por poner un ejemplo, donde el autor es uno solo.

Será por esa necesidad de escribir entre todos el espacio teatral que en este taller llamó la atención de Alberto

Moreno el número de personas que se inscribieron, lo que habla del deseo de los aristas jujeños para prepararse y ser mejores en el desempeño escénico.

Como cuando uno está entretenido el tiempo no pasa sino que vuela, así sucedió con esta entrevista que debió llegar a su fin, pues ya los alumnos se estaban impacientando y era momento de dejarlo dictar la segunda jornada del seminario. Aproveché para escucharlo un rato en su intervención con los participantes y para sacar algunas fotos para ilustrar este escrito.

Decía Laurence Olivier que «el actor debe ser capaz de crear un universo en la palma de su mano», algo que creo que todos los que se dedican al mundo teatral deben buscar porque hoy son un personaje, o hacen una escenografía o una puesta y mañana se dedican a otra, por lo que la mente abierta debe ser el primer requisito para llenar el «esqueleto» del que habla Alberto Moreno en el camino «hacia la construcción de dispositivos escénicos», o esa es mi Visión Particular.

Francisco Lizarazo

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