Marzo es el mes de la conmemoración de la lucha diaria de la mujer, específicamente el día 8, y desde distintos escenarios se organizaron homenajes, reflexiones, debates y algunas celebraciones. El sector cultural fue un motivador para recordar este día y escritores, artistas plásticos, teatreros y de otras disciplinas, entre ellas el circo, también pusieron su granito de arena para resaltar esta fecha.
La sala teatral Jorge Accame, ubicado en la calle Gurruchaga esquina 9 de Julio de San Salvador de Jujuy, fue la «carpa» para la presentación de la VARIETE, Circoya! HOMENAJE A LA MUJER, un espectáculo – organizado por Circoya Jujuy – con actos de circo que rindió homenaje – a su manera – a las mujeres.
La velada comenzó con la actuación de Murga una sola pasión, quienes entraron a la sala llenándola de música y algarabía para interpretar algunos de sus temas, Si bien la música fue muy aplaudida, el trabajo de ellos deslució porque no todos tenían el vestuario que los caracteriza, algunos ni siquiera estaban vestidos con los colores de la agrupación, y muchos de los pasos de la comparsa estaban desfasados, no había sincronía entre los bailarines y eso es lo más vistoso que puede presentar una agrupación de bailes, sincronía… que lo digan los chinos y los rusos que son expertos en la materia de moverse al unísono como si fueran uno solo.
Además, el conjunto interpretó un tema de protesta, para recordar a los desaparecidos, que está bien pero salvo el ritmo contagioso de la música, la letra pasó desapercibida pues no hay balance entre lo que se dice y lo que se hace con tantos colores y movimientos. Igual sucede, aunque en este caso afortunadamente, con el reggaeton que tiene una letra ofensiva – en la mayoría de los casos – contra las mujeres y ese mensaje queda eclipsado por la música y los bailes.
Hablando de bailes, muchos de los que se encontraban en el público, principalmente señoras mayores, comentaron el despropósito de una madre bailando con su bebe en brazos, un pequeño que a lo sumo tendría un mes de nacido y ya estaba sometido a ese volumen de música. Además, la madre no bailaba al ritmo de los acordes de la agrupación, porque estaba pendiente del niño, entonces restaba lucidez al espectáculo.
Pasado este momento inicial, y tras la salida de la Murga, quienes – hablando de circo – representaron la entrada y recorrido que usualmente hacen los artistas al iniciar la función, aparecieron los maestros de ceremonias: Los payasos (Mariano Heredia y Analia Rubiño) que tuvieron la responsabilidad de conducir el show.
El payaso o clown incluye en sus actuaciones chistes, pantomimas, piruetas y números musicales, que siempre son un gran atractivo para el público, principalmente para los pequeños. Sin embargo, desde el principio se notó que tanto Heredia como Rubiño estaban improvisando, además que durante gran parte del espectáculo tuvieron problemas con uno de los micrófonos – hasta que luego del intermedio se usó un inalámbrico que solventó el problema con el ruido que causaba el micrófono.
Analia Rubiño dedicó más el tiempo a lograr que el público aplaudiera y vitoreara a los artistas, que en concentrarse en conducir y ejercer su rol de payaso, mientras que Heredia anunciaba los números leyendo del «machete» cuando como payaso podía interactuar más con el público y que el tiempo entre actuaciones fuera más hilvanado, generando menos «bajón» en la actitud del público, al que Rubiño quería a toda costa hacerlo aplaudir y gritar de emoción.
Pañuelos para homenajear
El primer acto de la noche vino del Grupo de Danzas la Morada, que escenificó una dulce danza, recurriendo a los pañuelos, mientras la música acompañaba una voz femenina que cantaba Mano fuerte va barriendo, pone leña en el fogón. Mano firme cuando escribe una carta de amor. Manos que tejen haciendo nudos. Manos que rezan, manos que dan. Manos que piden algún futuro, Pa` no morir en soledad ay… letra de Marta Gómez de la canción Manos de mujeres.
María Paz y Camila Műller fueron de las mejores actuaciones de la noche, por la magia, la poesía que demostraron las dos bailarinas en escena, llena de mucha referencia a la Mujer y cargada de sentimiento que arrancó muchos aplausos al concluir. Lástima que solamente interpretaron un número. El público hubiera agradecido otra actuación, pero… el show debía continuar.
Payasos y látigo
Provenientes de Salta para apoyar este Varieté estuvo el Circo Julivan, integrado por Vanesa Wainstein y Julián Rodríguez, quienes demostraron sus dotes de payasos silentes, realizando un performance de enamoramiento y acercamiento amoroso, con la participación del público y de algunos niños para crear una rutina muy familiar, aunque los celos estaban involucrados.
Luego, ambos pasaron a demostrar el buen uso que tienen en el dominio de las acrobacias con látigos. Tanto ella como él fueron capaces de hacer explotar globos que cada uno sostenía en sus manos y como para que no quedara duda de lo real que es el acto, trajeron a alguien del público – nada más y nada menos que a Rubén «chuña» Iriarte – para que los ayudara en el show.
Al «chuña» le colocaron tres globos, uno en cada mano y uno entre las piernas, y le vendaron los ojos para que Julián usara su arte y explotara los globos sin dañar a Rubén. Claro, lo que el «chuña» no sabía que para evitar cualquier peligro, Vanesa tenía una aguja en su mano y mientras resonaba el sonod del látigo – muy lejos del colaborador y así se lograba el truco sin poner en riesgo la vida de nadie.
Imagino que el «cuña» sabía del truco, pero igual actuó como si en verdad pudiera salir herido, y al final todo fue aplausos y risas, principalmente de los más pequeños.
Ilusionismo a la distancia
Damaris Magic fue la representante de los ilusionistas en esta Varieté y la verdad es que no le fue del todo bien, aunque lo importante es que los niños que la veían de cerca quedaron contentos y aplaudieron mucho.
Digo que no le fue bien porque los tres actos que ejecutó eran más para un espacio reducido y no una sala tan amplia, lo que hacía que los trucos o, ilusiones se perdieran por la distancia.
Comenzó con el tradicional acto de aparecer bolitas de vidrio en las manos y por la distancia no se apreció muy bien la ilusión. Igual sucedió con el segundo acto, esta vez con cartas y un intento de predicción, donde solicitó la ayuda de niños del público, quienes encantados procedieron a ayudar.
La ilusión consiste en adivinar una carta, para lo cual ella ya había escrito en una hoja la respuesta, mientras la ayudante decía dónde parar al cortar la baraja. Lamentablemente este truco requiere que el público este cercano y en este caso eso no sucedió por lo que no se vio bien la magia.
El tercer y último acto, fue con las sogas que están separadas y de distinto tamaño, que por la gracia del prestidigitador se unen haciendo una sola. Lo atractivo de este truco es que mientras lo iba ejecutando contaba un relato sobre la mujer y sus derechos, que lo relacionaba con las sogas. Aquí la falla de la maga es que sus manos no fueron más rápidas que los ojos y se notó cómo es el truco, lo que le quitó el «engaño» al público.
Homenaje a Frida y a todas las mujeres
El acto de magia fue el último de la primera parte de esta varieté y – luego de unos 10 minutos de la pausa que refresca – la segunda parte comenzó con Carla Ibarra en una acrobacia aérea en telas.
Mientras en la voz de Luisina Estrada se escuchaba una carta de Frida Khalo, de su diario íntimo, la artista danzaba con las telas creando imágenes, generando sentimientos en el público que escuchaba y miraba esta fusión que buscaba realzar la figura de la mujer y su lucha diaria, alma de este encuentro homenaje.
En el piso también hay acrobacias
Si Carla Ibarra emocionó a los espectadores desde las alturas, Delfín de la torre e Ivana Mariel Niewolski lo hicieron desde el piso con sus acrobacias que demuestran un gran dominio del cuerpo y el trabajo en conjunto.
Ambos demostraron que hombres y mujeres pueden trabajar igual, ser apoyo el uno del otro y producir belleza en este trabajo, sin que la condición de uno o del otro prevalezca. Tanto el hombre como la mujer deben apoyarse y demostrar que más allá de los géneros, ambos son importantes en el sostén de la sociedad.
Por último y para ponerle ritmo y baile a la noche, intervinieron Guine Wure danzas y percusión africanas, que puso a mover el «esqueleto» a más de uno, para finalizar la noche con TÉ con té, banda de música andina integrada por Milton Colque en vientos, Cesar Farfán en percusión y Claudio Rojas guitarra y voz.
Esta primera VARIETE, Circoya! HOMENAJE A LA MUJERfue una muestra de que en Jujuy hay talento artístico, más allá de errores que pueden mejorarse para presentar un espectáculo más redondo, más acabado, sin que parezca en algunos casos, acto de fin de curso – que hay que reconocer que algunos son muy bien producidos – y que la próxima convocatoria de CircoYa Jujuy, prevista para el 22 de abril logre captar un mayor número de espectadores, porque como siempre mencionó, en la medida que el teatro de Jujuy logre captar mayor número de asistentes, principalmente niños y adolescentes, en esa medida se estará creando una población más crítica y más interesada en lo que culturalmente se hace en la Provincia, motivando así a los realizadores a ser cada vez más exigentes en sus productos finales, o esa es mi Visión Particular.
Francisco Lizarazo
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