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«¡Ñam! por un cuerpo más sano»

“Vamos a comer huevos con tocino, vamos a comer huevos con tocino”

Canción de las Ratas en «Una Película de Huevos»

Primero ellos se presentan ante el público – como debe ser. Son tres amigos («Vede», «Kanela» y «Bip Bip») juguetones y quieren hacer muchos amigos, por lo que deciden contar un cuento para que todos puedan participar.


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El relato que representan para todos es la historia de «Matías», un niño alegre, que juega, que tiene en «Camila» a su mejor amiga y lo demuestran haciéndolo todo juntos… Pero un día, Matías comienza a estar débil, engorda, no quiere jugar ni salir de su casa, no va al colegio y lo que es peor, no quiere estar con su amiga Camila.


Pero como los amigos están en la buena y en las malas, Camila se transforma en una detective para saber qué le pasa a su amigo. Ella descubre que «Matías» se ha vuelto víctima de «Comestrife», un villano que tiene como herramienta de dominación la comida chatarra, para convertir el mundo en un lugar triste y con niños gordos que sean aburridos.


«Camila» – que es una niña inteligente y llena de energía – tiene un as bajo la manga y contacta a la heroína «Vegetalina», que resolverá la situación de Matías y de otros niños al enfrentar al malvado «Comestrife», porque ella conoce el punto débil del malvado… Y saben ¿cuál es?…  Pues  no lo revelaré porque entonces ¿para qué van a ir a ver la obra de teatro «¡Ñam! por un cuerpo más sano»?


Esta producción es del grupo teatral ADN (Arte De Nosotros) que estuvo en la Sala Martín Raúl Galán del teatro Mitre, dentro de la programación de «Vacaciones en el Galán» – donde  Ezequiel Benítez («Vede»), Micaela Guaymás («Kanela») y Cecilia Abusetti («Bip Bip») bajo la dirección de Sergio Díaz Fernández asumen los personajes de esta historia que busca crear conciencia en los más pequeños – con juegos canciones y diversión – sobre le necesidad de una buena alimentación, el ejercicio en espacios abiertos y – más importante – a confiar en los verdaderos amigos que nunca nos dejan solos, menos cuando estamos en problemas.


Los tres jóvenes actores se mueven en escena como si fuera su patio de juegos, entran en contacto con los más pequeños que también querían desde la platea intervenir y conversar con  los personajes, lo que obliga a Benítez, Guaymás y a Abusetti a improvisar en más de una oportunidad para mantener el ritmo de la obra a la vez que se participa con los improvisados actores que a pesar de su tierna edad no quedan inmóviles a las acciones que se desarrollan en el escenario.


Mediante el teatro, ADN busca con esta obra crear mejores hábitos saludables – como la lectura y la alimentación –  sin por eso tratar a los niños como pequeños seres descerebrados que no pueden pensar y que todo se les debe decidir sin tomarlos en cuenta. Tampoco se recurre al trillado uso de las voces tipo «tarado» o Teletubbies – aquel programa de televisión con 4 seres que uno no sabía bien qué eran y usaban unas voces que en lugar de entretener o educar eran más para salir corriendo.


Muchos han dicho – yo entre ellos – que el teatro infantil tiene la noble tarea de crear público que al crecer tenga el hábito de ir al teatro y no hay nada mejor que una población educada teatralmente, que sea crítica y que conozca porque en esa medida el teatro – y quienes hacen de este arte una forma de vida – deberá mejorar y ofrecer propuestas a la par de las exigencias de la audiencia… Así que hay que aplaudir espectáculos como «¡Ñam! por un cuerpo más sano»  que no solo educa y entretiene sino que fomenta el acercamiento al teatro, o esa es mi Visión Particular.

Francisco Lizarazo

PD: Les dejo un extracto de la obra


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