En menos de dos horas, el 11 de septiembre de 2001, entre las 08H46 y las 10H28, las torres del World Trade Center fueron reducidas a polvo y acero retorcido, el Pentágono se derrumbó y cerca de 3.000 personas perdieron la vida.
La vida, ese día, cambió para esas personas y para toda la Humanidad.
‘Bailando con el enemigo’
Introducción
Aquel martes, ella se preparaba para llevar a su hija al ballet, la niña de 11 años estaba emocionada porque participaría en la producción escolar de «El Lago de los Cisnes».
La madre estuvo atareada desde la madrugada, la ropa de su hija, las zapatillas del ballet, hacer el desayuno, porque como decía su abuela, nadie debe salir de casa sin haber desayunado. Mientras ella hacía esto, la niña, practicaba sus pasos, sus piruetas, imaginaba ser la protagonista de esta obra, aunque en esta oportunidad solamente interpretara el papel de un cisne entre otras bailarinas.
Cerca de las 8 de la mañana, ya la niña estaba en la academia de baile, y ella corría por la ciudad para llegar a su trabajo, como personal de limpieza de una de las empresas que tenían sus oficinas en el Word Trade Center de Nueva York. Apenas alcanzó a subirse al elevador, estaba algo retrasada, pero orgullosa de su hija, la bailarina.
Sus pensamientos estaban enfocados en los pasos de su pequeña bailarina, cuando el ascensor se detuvo y comenzó a entrar polvo. Comenzaron los gritos y la luz se fue del elevador. Sintió que caía al vacío pero ese no era ni su día ni su momento de morir; sin embargo, debió estar encerrada en ese ataúd de metal por cerca de 8 horas, con otras personas. El calor y la falta de oxigeno fueron parte de la experiencia que tuvo que vivir durante ese tiempo, sin saber si volvería a ver a su hija, o si podría salir de aquel encierro.
Piratas del grupo Al Qaida habían desviado cuatro aviones de pasajeros para estrellarlos contra los símbolos económicos, militares y políticos de Estados Unidos. Dos aviones se precipitaron contra el World Trade Center en Nueva York, en una de esas torres estaba ella.
Bailando con el diablo
Salir de ese elevador tras 8 horas de encierro se puede decir que fue la parte fácil, los problemas vendrían luego. Explicarle a su hija por qué se había perdido el recital de «El lago de los Cisnes», pero más importante aún, tratar de que esa niña entendiera qué había pasado y quiénes habían cometido esos actos de terrorismo.
Luego de recoger a la niña, ella – que no tenía automóvil – debió regresar en el metro a su casa, pero allí revivió lo que horas antes había experimentado, el encierro con otras personas en un especio cerrado de metal y no pudo contenerse: lloró como si la vida se le fuera, aunque su hija la trataba de consolar y le tomaba de la mano.
Pero si el metro fue una experiencia dura por los recuerdos que le trajo a su memoria, llegar al hogar y tener que subir en el ascensor los 10 pisos que la llevarían a su hogar, no hicieron sino incrementar el sentimiento de angustia y de pánico que había registrado su cuerpo horas antes en el que alguna vez fue su lugar de trabajo.
Bailando con tu sombra
(Epílogo)
Los días luego del 11 de septiembre han dejado huella en la psicología de los habitantes de Nueva York, ella lo sabe, lo siente, porque una ciudad que antes era alegre, bulliciosa, colorida y amable con todos, se ha transformado en una sombra gris, donde aún se ven y se sienten las cenizas y los escombros de aquellas torres que fueron un emblema de la ciudad.
Ella camina por las calles con miedo, observa que todos la miran, y ella a su vez mira a todos, es como si nadie confiara en nadie, y más si tiene facciones árabes. Por donde caminaba escuchaba conversaciones de personas que se sentían inseguras al salir. Algunos contaban lo que ya ella ha oído de sus amigos y familiares: que las personas se están marchando de la ciudad y no quieren volver a Nueva York, por temor a otro ataque, que genere más muertes.
Escuchar a los demás, y vivir en esa ciudad, donde todos los días debes subir a un elevador y viajar en el metro, la han fortalecido. Sabe que si ese día ella no murió y pudo sobrevivir al ataque de pánico que tuvo con su hija, ella puede conquistar el miedo y seguir su vida, porque tiene un motivo para hacerlo: lograr que su pequeña de 11 años sea la protagonista de «El Lago de los Cisnes».
PD. Las imágenes son del espectáculo «Icónica Desmembranza«
Francisco Lizarazo
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